Antes gran contaminador, Gran Bretaña ahora quiere liderar la lucha contra el cambio climático

La reina Isabel II envía un mensaje de video a los asistentes a la cumbre

Londres

Gran Bretaña es sede de una histórica cumbre sobre cambio climático , y los hitos de la evolución de ese país hacia una economía menos contaminante son patentes a lo largo de la vía férrea que une Londres con Glasgow.

Cerca de Gainsborough, una ciudad ribereña a 240 kilómetros al norte de Londres, una de las últimas centrales eléctricas a carbón sigue escupiendo dióxido de carbono y otros gases a la atmósfera. Otros 250 kilómetros al norte, frente a las costas del puerto de Blyth, las aspas de cinco elegantes turbinas de una granja eólica giran mansamente con la brisa marítima.

Ambas plantas eléctricas son propiedad de la gigante energética francesa EDF y dan testimonio del camino recorrido por Gran Bretaña. La central de carbón, que debió ser puesta nuevamente en funciones para paliar una reciente escasez de energía, dejará de operar para siempre el año próximo , y la empresa planea instalar turbinas flotantes experimentales en las aguas frente a Blyth.

Cuna de la Revolución Industrial, Gran Bretaña se convirtió en el primer país que impuso por ley la reducción de emisión de gases de efecto invernadero

"Estamos hablando de una transición gigantesca", dice Paul Spence, director de estrategia y asuntos corporativos de la empresa EDF, en referencia al objetivo que se impuso Gran Bretaña de convertirse en una economía carbono-neutral para el año 2050. "Si queremos que las luces no se apaguen, hay mucho trabajo que hacer."

Gran Bretaña no es solo la sede de la cumbre climática, conocida como COP26: también tiene buenos argumentos para disputar el liderazgo global en materia climática . Cuna de la Revolución Industrial, Gran Bretaña se convirtió en el primer país que impuso por ley la reducción de emisión de gases de efecto de invernadero, con la Ley de Cambio Climático de 2008. Sus turbinas eólicas de alta tecnología y sus obsoletas chimeneas son apenas la evidencia visible de una campaña que lleva tres décadas.

Con la construcción de la mayor industria eólica en mar abierto, Gran Bretaña redujo las emisiones en un 44%, en comparación con la década de 1990 . Su objetivo de reducirlas hasta al menos un 68% para el año 2030 es tal vez el más ambicioso de todas las grandes economías, según el Climate Action Tracker, que hace un monitoreo de las políticas climáticas de los países.

Si Gran Bretaña alcanza ese objetivo, algo que todavía está en duda, pasaría a integrar...

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