GPS: la historia del hijo de la Guerra Fría que hoy te dice cómo llegar a destino
La constelación que forma el GPS cuenta con 31 satélites, que emiten una señal en forma permanente que los identifica; al cruzar los datos de varios satélites y compararlos con una tabla es posible determinar en qué punto del planeta estamos
Compartir una ubicación o seguir un recorrido en tiempo real ; pedir un auto; buscar un estacionamiento o un comercio cercano a nuestra ubicación actual; seguir un camino y ver en el punto exacto del recorrido en el que estamos; salir a correr y poder visualizar en el mapa el trayecto y la distancia recorrida: desde hace unos pocos años nada parece más rutinario que cualquiera de esas acciones. Como si fuésemos cíborgs con un celular o un smartwatch como una extensión de nuestro cuerpo , podemos saber con enorme precisión en qué punto exacto del globo estamos, y todo gracias a una sigla que ya es un nombre propio, y a la que casi nunca le prestamos tanta atención como se merece: el Sistema de Posicionamiento Global, o GPS , por sus siglas en inglés.
Para entender la genialidad de un invento es obligatorio situarse en tiempo y espacio. Con el Sputnik 1 - el primer satélite artificial puesto en órbita, en 1957, por la Unión Soviética - surgió la necesidad de conocer su ubicación, algo que en principio se logró gracias a la triangulación de su señal de radio. Y si podía rastrearse algo en el espacio, ¿cómo se podía hacer para, a la inversa, ubicar algo en la Tierra desde el cielo?
El primer intento se hizo por debajo de la superficie, en la década del 60, con los submarinos . Mediante ondas doppler, que permiten determinar si una fuente de emisión de ondas se está acercando o alejando del observador, se pudieron establecer el movimiento y la distancia, con una precisión aceptable para la época. Pero para llegar a lo que hoy se conoce como GPS habrá que avanzar algunos años más en la carrera espacial, con la aparición del sistema Navstar, en 1973 .
Todo invento tiene un creador, y en el caso del GPS hay una disputa. Hay quienes se lo atribuyen a Brad Parkinson y hay quienes reclaman el reconocimiento para Roger Easton . Ellos y todos los involucrados en las investigaciones que condujeron al GPS trabajaron más o menos en los mismos conceptos. El primero, un sistema de satélites para trazar las órbitas terrestres ; el segundo, el reloj atómico , de mayor precisión que los demás; y tercero, un sistema de señales digitales heredado de un proyecto de la Fuerza Aérea, el 621B. Con toda esa información...
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