El golpe de las urnas

Cristina Kirchner dinamitó ayer el principio sobre el cual, en los últimos dos años, asentó sus iniciativas más relevantes. La idea de que ninguna posición pública merece respeto si no está convalidada por los votos.http://www.lanacion.com.ar/1610595-cristina-kirchner-reaparece-tras-la-derrota-con-martin-insaurralde-y-daniel-sciolidel domingo pasado, la Presidenta explicó que quienes ganaron representan meros intereses. Sólo el Gobierno expresa la voluntad popular. Aun cuando pierde las elecciones.La Presidenta propuso la clasificación habitual. De un lado está el oficialismo, es decir, la democracia. Del otro, los poderes fácticos. El cuadro no se modifica aunque los votantes cambien de preferencia. Si el que gana una elección no pertenece al Frente para la Victoria, seguirá siendo un delegado de "los dueños de la pelota". Un "suplente". Aunque se vuelva minoritario, el kirchnerismo seguirá siendo la voz del pueblo.Esta concepción se sostiene en un axioma que la señora de Kirchner volvió a exponer ayer: los que no votan a sus candidatos son personas confundidas que advertirán el error cuando ya no haya remedio. En sus palabras: "La gente no tiene la culpa tampoco. Cuando se dan cuenta después, siempre es tarde. Se dieron cuenta cuando perdieron el laburo, cuando les bajaron el sueldo, pero ya es tarde".Con estos argumentos, la Presidenta cruzó una delgada línea roja. Después de haber avanzado sobre los medios y http://www.lanacion.com.ar/avance-sobre-la-justicia-t49250con la bandera de la "democratización", postula que sólo existe un poder democrático: el de ella. No debería sorprender. En el año 2007, su llorado Hugo Chávez reconoció su derrota en un plebiscito diciendo que la de sus rivales había sido "una victoria de mierda". Y en 1973, muchos de sus actuales admiradores y funcionarios convalidaron la insurgencia de Montoneros contra Juan Perón, que venía de obtener el 61,85% de los votos. El asesinato de José Ignacio Rucci fue la manifestación más escandalosa de esa soberbia armada.Aunque el oficialismo perdió votos en muchos distritos, la Presidenta aludía ayer a la victoria de Sergio Massa, a quien presentó como un títere de los industriales, los sindicatos y los bancos. Mencionó en especial a Jorge Brito, reconocido amigo de Massa, que se hizo célebre en WikiLeaks como "el banquero de Néstor". Más tarde, vía Twitter, explicó que el intendente prepara un "Plan Duhalde II. Con carita más joven. Si hasta tiene su «chiche». Yo me acuerdo. Era...

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