Un golpe atroz contra la libertad

No hay espacio para la indiferencia frente al horroroso atentado que y una decena de heridos, cometido por tres hombres armados y encapuchados que ayer atacaron , en París. Este grave hecho nos recuerda que el terrorismo continúa siendo una seria amenaza para la paz y la seguridad globales y que la comunidad internacional que defiende los derechos del hombre debe unirse para condenar lo ocurrido y ayudar a evitar su reiteración.

Las primeras informaciones indican que los agresores, entre disparos, hicieron públicas consignas de reivindicación hacia Mahoma y gritaron "Alá es grande", al tiempo que su acción fue una represalia por la posición crítica que mantenía la publicación francesa atacada hacia el fundamentalismo islámico. El atentado derivó en la muerte del director del semanario, Stéphane Charbonnier; de tres dibujantes, y de dos policías que custodiaban el edificio, entre otras personas.

Este crimen no sólo ha sacudido a Francia, sino a todo el mundo, aunque autoridades y servicios de inteligencia de distintas latitudes sospechaban que ataques de esta magnitud eran factibles, luego de que, meses atrás, el autoproclamado líder del grupo terrorista Estado Islámico lanzó un llamado a todos los musulmanes de Occidente a llevar a cabo una guerra santa.

Nuestro planeta parece asistir, así, a un nuevo capítulo de violencia e intolerancia, que debe conducir a todos los hombres de bien y al mundo democrático a repudiar lo sucedido y a unir sus esfuerzos, sin distinción de ideologías, para erradicar estas tenebrosas estructuras del terror.

Al igual que ante tantos episodios semejantes, como el atentado contra las Torres Gemelas en Nueva York, en 2001; el ataque a la estación de Atocha, en Madrid, en 2004, o los que sufrimos los argentinos en 1992 y en 1994, no puede haber lugar para desencuentros cuando se trata de desbaratar a los enemigos de la vida humana.

Tampoco cabe detenerse ahora para juzgar si la libertad de expresión por parte de quienes difundían sus ideas con cierta irreverencia fue ejercida con la debida...

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