La goleada quese ganó un lugar en la historia

BELO HORIZONTE.– El cielo estaba gris, como hacía tiempo no se veía en esta ciudad. Hacía días que el sol no se escondía. Quizás era un presagio, aunque de serlo debería haberse desatado la tormenta más feroz. El Mundial en casa volvió a ser una pesadilla para Brasil. Las imágenes son las de un estadio atónito, una tragedia para un país que sabe lo que es vibrar por el fútbol. El silencio, los rostros de dolor, los que lloran, los que se van, los que aplauden a un rival que brindó una lección, los que silban a un grupo de jugadores que pide perdón... Es un mar de sensaciones. Si en 1950 Río sufrió el Maracanazo, en Belo Horizonte se produjo el Mineirazo, otro capítulo de la historia viva del fútbol.El tablero electrónico muestra a un hombre mayor con la camiseta de Brasil. Se le escapa una lágrima y se abraza a una copa del mundo de plástico. El hexacampeonato era un sueño que se agrandaba a medida que los locales avanzaban. El anhelo de un país, que al principio le daba la espalda al Mundial, pero que cambió cuando comenzó a rodar la pelota. Esa copa se la quitaron de un tremendo golpe de nocaut. Así se vivió en el Mineirao.Las 18.48 es la hora exacta en la que el árbitro mexicano Marco Rodríguez marcó el final. El momento en que el 8 de julio de 2014 quedó grabado para siempre. Había murmullos en el Mineirao y rápidamente se pasó a una catarata de silbidos. La tarde de la esperanza terminaba en pesadilla. Algunos ya se habían ido; otros, mientras los jugadores brasileños hacían una ronda en el campo de juego, los abucheaban. Los futbolistas lloraban y, del otro lado, en una cabecera, los alemanes reconocían a sus héroes. Julio César y David Luiz, el máximo referente ante las ausencias de Neymar y Thiago Silva, fueron los últimos en dejar la cancha. Pedían perdón, no tenían explicación para semejante papelón.¿Cómo fue la tarde más negra? Todo empezó con una enorme expectativa. El mensaje era hacerse fuerte en la adversidad al no contar con Neymar, lo que transformaba al Mineirao en una caldera de fervor y esperanza. De fanáticos que abrigaban esa emoción con la que los jugadores salieron a disputar el partido, la misma...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR