El Gobierno volvió a emitir bonos y ya recurre al mercado una vez cada 6 días

Jugado a tratar de asegurar una reactivación en el momento adecuado para aspirar a que sea capitalizable en las elecciones de 2017, el Gobierno tomó deuda del mercado una vez cada seis días en los últimos dos meses y se alzó por esta vía con el equivalente a $ 261.160 millones (unos $ 6,2 millones por día).

La cifra, equivalente a cinco meses de la recaudación por el IVA, contempla las seis emisiones realizadas desde comienzos de septiembre a la fecha en pesos, por un total de $ 178.163 millones, considerando los $ 11.565 millones que atrajo ayer el Boncer 2020, y las dos realizadas hace dos semanas por 5000 millones de euros (convertidos a pesos), en lo que marcó el regreso del país al mercado europeo tras 15 años de abstinencia.

Los datos muestran que la administración Macri profundizó su estrategia de apelar al endeudamiento para cubrir las crecientes necesidades del Tesoro, imposibilitado de cubrir los también crecientes compromisos de gasto que asumió para tratar de mantener la paz social. Cada vez que el Gobierno intentó corregir algún desequilibrio heredado, debió poner en marcha medidas compensatorias para minimizar los efectos sobre los sectores más postergados.

También intenta así tender un puente hasta que cristalicen y comiencen a madurar los anuncios de inversión privada por US$ 35.000 millones, que publicita el Ministerio de Hacienda en su página web para los próximos 3 años.

Las circunstancias que llevaron al Gobierno a ser más gradualista que lo previsto en el ataque al déficit fiscal derivaron en un nuevo festival de deuda. Según datos de la consultora ACM, el Gobierno ya recurrió 19 veces al financiamiento voluntario del mercado luego de haber logrado resolver el conflicto con los holdouts.

El lado bueno y el lado malo

Lo positivo es que, hasta ahora, lo hizo consiguiendo al mismo tiempo alargar plazos y pactar menos intereses. Incluso hasta logró recrear una curva de tasas en pesos a 10 años, algo que, según los analistas, debería ayudar a que se alargue y abarate a su vez la oferta de crédito local a privados de ahora en más.

Las dudas surgen por los costos que pudiera tener esta estrategia, toda vez que el país arrastra un trauma con la deuda pública y por los llamados de atención que eso comienza a provocar en los mercados.

"Lo bueno [de Brasil] es que está tomando medidas concretas en lugar de tapar sus problemas con una orgía de bonos, como los hace su vecino", lanzó anteayer, en obvia referencia a la Argentina...

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