El Gobierno prevé una polarización e intenta evitar una segunda vuelta

En los ultimos días, eliminó a varios precandidatos en la pelea interna del Frente para la Victoria para forzar una y Florencio Randazzo que ayude a acumular cerca del 40% de los votos en las primarias del 9 de agosto próximo y a superar el 45% en la primera vuelta del 25 de octubre. Quiere evitar un ballottage posterior.

La jefa del Estado teme que si hay ballottage, gane el precandidato de Pro, Mauricio Macri, que aglutinaría el "voto útil" opositor, con la antinomia "kirchnerismo o cambio".

Además, Cristina Kirchner necesita muchos votos el 25 de octubre: en esa elección -y no en el ballottage- se eligen gobernadores, intendentes, diputados y senadores. Del número de esa representación depende su poder político en el futuro.

Con el sistema de doble vuelta argentino, un candidato presidencial que supera el 45% queda consagrado como presidente, sin segunda vuelta. La otra alternativa es que supere el 40% y saque una diferencia de más de 10 puntos sobre su segundo.

"Hoy, 40 puntos para Scioli en octubre no es suficiente. Macri estará cerca de esos 40 y a menos de 10 puntos. Habría ballottage. Hay que sacar 45", advierten en Balcarce 50.

"Cristina se ocupó de fabricar una polarización entre Randazzo y Scioli, y autorizó al ministro del Interior y Transporte a embestir contra el gobernador bonaerense", confió a LA NACION una alta fuente del oficialismo. La semana última Cristina hizo renunciar a varios precandidatos presidenciales que atomizaban la pelea: Sergio Urribarri, Agustín Rossi y Jorge Taiana. Sus votos, aunque sean pocos, irían a Randazzo.

Otro escenario desató la euforia en la Casa Rosada: varios dirigentes del viejo peronismo abandonaron al candidato presidencial del Frente Renovador, Sergio Massa. Algunos regresaron al oficialismo o lo negocian: Martín Insaurralde, Darío Giustozzi, Sandro Guzmán, Baldomero Álvarez y Mario Das Neves. Y otros buscaron otro destino: Juan José Álvarez, Jesús Cariglino o Gustavo Posse, entre varios.

Esa constatación le abrió al kirchnerismo la esperanza de recuperar votos peronistas para Scioli.

Hoy, las encuestas de Scioli dicen que tiene 36 puntos; Macri, 30, y Massa, 22. El macrismo acusa una diferencia apenas menor.

"Muchos están volviendo al PJ porque dicen que no quieren ser funcionales a una derrota del peronismo", reveló Scioli en encuentros informales entre dirigentes.

Ante el descenso de Massa en las encuestas, Cristina y Scioli coinciden en la estrategia de agudizar la confrontación con...

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