Un gobierno atrapado, ¿sin salida?
Alberto Fernández y Sergio Massa
Felipe González, el expresidente del gobierno español e histórico líder del socialismo de ese país, suele decir que una metodología del populismo es proponer respuestas simples para problemas complejos. Pero, como normalmente esas respuestas simples no resultan, el paso siguiente es encontrar un enemigo al cual echarle la culpa de ese fracaso.
En la Argentina estamos hoy en esa situación respecto a un problema que venimos arrastrando hace aproximadamente 22 años. Una de las preguntas que hay que hacerse es en qué medida el país está todavía atrapado en una agenda que quedó planteada en el año 2001 y que todavía no pudimos resolver: ¿cómo se pagan los servicios públicos energéticos? Es una discusión que arrastramos desde aquel momento y por no ser resuelta se ha vuelto un problema enormemente complejo.
No solamente cómo se pagan los servicios públicos y la energía sino las derivaciones de ese problema que tiene que ver con las prestaciones de las empresas energéticas, con las cuestiones fiscales por los subsidios que son desmesurados y con cuestiones monetarias y cambiarias, porque como tenemos que importar muchísima energía hemos convertido una cuestión sectorial, que es la energética, en un problema macroeconómico que afecta como ningún otro las reservas del Banco Central (BCRA).
La clase política se resiste a explicar este problema complejo a la gente, entre otras cosas porque es doloroso.
Las prestadoras Edenor y Edesur
El Gobierno acaba de dar una respuesta, la que preveía imaginariamente la tesis de Felipe González, que es encontrar un enemigo e intervenir la empresa Edesur con el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, que va a manejar la empresa energética mientras sigue gobernando Avellaneda. Ya fue ministro, dejó de serlo, volvió a Avellaneda y ahora lo ponen a cargo del problema de la energía.
¿Qué es lo que habría que explicar? Primero, que ha habido en los primeros 15 días de marzo una ola de calor récord. La demanda eléctrica aumentó en el área que cubre Edesur un 60% respecto del consumo eléctrico de marzo del año pasado. Hubo un alto pico de consumo en enero de 4100 megavatios y en los primeros días de marzo fue de 4554. Es decir, superó a enero.
Vecinos cortaron Garay y Balcarce por falta de luz desde hace cuatro días
¿Qué sucede cuando hay un exceso de demanda? Lo que sucedería en New York, París o Berlín: hay problemas de abastecimiento porque es muy irracional hacer una inversión en infraestructura para la eventualidad que se puede presentar una vez cada cinco o diez años de que haya un pico de calor. Entonces, lo que prevén los sistemas es que en esos momentos va a haber escasez en el servicio y buscan formas de compensar esa escasez, con cortes rotativos, poniendo generadores, alertando a la población para que consuma menos. Nada de esto ocurrió y todo esto es responsabilidad del ente que regula la energía, del Estado.
Ahora, hay un segundo problema que es específico del Área Metropolitana de Buenos Aires sobre todo del área que cubre Edesur, que es la del sur de la ciudad de Buenos Aires y la del sur del conurbano. ¿Cuál es esa peculiaridad? Que son barrios muy densamente poblados, donde barriadas tradicionales de casas bajas han cambiado su fisonomía y ahora tienen grandes edificios y torres. Alguien del Estado, del Gobierno Nacional, y los municipios, que tienen en esto una responsabilidad, ¿controla que cuando se hacen torres, cuando se producen obras de edificación en altura, haya líneas de abastecimiento eléctrico reforzadas o seguimos con las mismas líneas de cuando esos barrios eran bajos y además líneas que están viejas?
Operativos por los cortes de luz en la ciudad
Desde la empresa se defienden. Les dice que no invirtieron. Ellos podrían decir: "¿Cómo vamos a invertir si tenemos un atraso tarifario histórico de porcentajes siderales en un país con inflación y la tarifa no se ajusta?". De los últimos 20 años solo durante 16 meses la tarifa de la distribución que va a las casas de familia, las industrias y los consumidores finales -no la de generación y del transporte mayorista- cubrió el costo de la distribución. Hay un atraso tarifario gigantesco que se cubre con subsidios cada vez más insoportables para el Tesoro.
El sistema energético está roto y desquiciado en el país de Vaca Muerta
Al consumidor habría que decirle algo doloroso: que en términos energéticos este es un país dos/tres estrellas. Hemos decidido ser un país, en materia de eficiencia energética y consumo eléctrico y gasífero, dos/tres estrellas porque hemos usado la energía para generar la sensación de que ese insumo, ese bien, era prácticamente gratuito. Algo parecido pasa con el transporte, donde uno paga una tarifa de regalo y pretende el transporte del primer mundo. Bueno, hay que ajustar la expectativa con el precio y ese es un problema que difícilmente un político quiera decirlo y plantearlo porque implica un costo enorme, que conlleva decir que existe una fantasía que es vivir por encima de las expectativas o de lo que se paga para ese tipo de vida.
Demoras en Estación Constitución
Hubo, además del golpe de calor y el atraso tarifario, un episodio a comienzos de marzo, en el que salió de operación la central de Atucha. Eso produce un desbalance general en todo el sistema eléctrico del país, y sucede aquí o en cualquier otro lugar del mundo que cuando vuelven a operar o se repone esa carga eléctrica sobre el sistema suele haber fallas y colapsos. Por ejemplo, en este caso se quemó un transformador de Edenor, sobre el cual la empresa que es de Daniel Vila y José Luis Manzano, amigos de Sergio Massa, dio muy poca información, y también se quemó una estación transformadora en Quilmes de Edesur, sobre la que sí hubo información.
Incendio en la cercanía de la Central Atucha II
Cuando uno mira la página del ENRE, da la sensación de que se cargan muchísimos usuarios que no tienen servicio de Edesur y no se carga la misma cantidad de usuarios que no tienen servicio de Edenor, que es de amigos del ministro. Es...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba