Cómo gobernar en un mundo globalizado

La desconfianza planetaria en la política, la insuficiente regulación del casino en que estalló la crisis financiera internacional de 2008, que aún perdura, y la recomposición del mapa de influencias mundiales por el enorme beneficio en la globalización de los países emergentes fueron tres ejes en los debates del Foro Iberoamérica, que conduce Ricardo Lagos, ex presidente de Chile.Hasta ayer, no más, habría sido inverosímil que los europeos fueran indagados por América latina sobre cuándo comenzarán a vender activos a fin de abrir un recorrido inverso al de un pasado de siglos y Europa asuma así con más realismo las dificultades del presente. Eso se ventiló en Cartagena por boca, entre otros, del mexicano Carlos Slim, con el peso de los 73.000 millones de dólares de sus bolsillos.Tiempos de un giro histórico envidiable para los argentinos, habitantes de ese otro y extraño mundo de "vivir con lo nuestro", mencionados aquí no mucho más que para desearles suerte a los que padecen de persecución minuciosa por exponer ideas y estilos en disidencia con los que dominan. O mencionados, apenas, por el curioso hecho de que desde 2008 los países de la región han fortalecido sus reservas, salvo la Argentina y Venezuela.Si China, después de Mao y de la perversa "revolución cultural" de la Banda de los Cuatro, fue capaz de penetrar en una era de transformaciones que la han convertido en la segunda economía mundial, siempre habrá esperanzas de que en algún momento llegará la redención de una sociedad, por extraviada que se encuentre. ¿Quién hubiera imaginado que en los primeros borradores de la agenda del Foro para el próximo año una voz autorizada plantearía por qué no estudiar las vías por las que Cuba acceda a un nuevo horizonte, a la luz de la hipótesis de que se transfigure en un Singapur en América? ¿Acaso habían acertado quienes creyeron que Vietnam, al cabo de la larga guerra con los Estados Unidos, expandiría los rasgos del modelo de comunismo nacionalista en vez de abrirse a las inversiones y el comercio internacional?Notables coincidencias las de Cuba y Singapur. Para estas islas la contemporaneidad comenzó en 1959. Una, con Fidel Castro; la otra, con Lee Kwan Yew. Ambas han sido por más de medio siglo escenario de ensayos brutales en política, economía, cultura. Lee no apostó menos que Castro a la utopía del "hombre nuevo", pero los resultados difirieron de modo abismal: Singapur, condecorado con los máximos galardones en las competencias en que se evalúa la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR