Gils Carbó admitió que se pagaron coimas al comprar un edificio de la Procuración

La procuradora Alejandra Gils Carbó admitió ayer ante la Justicia que hubo "un negocio oculto" en la compra de un edificio del Ministerio Público mediante el pago de una "comisión indebida". Pero la jefa de los fiscales negó haber tenido conocimiento alguno de la supuesta maniobra que culminó con el desembolso de una comisión millonaria a un hermano de un funcionario del Ministerio Público.

Gils Carbó pasó más de tres horas ante el juez federal Julián Ercolini y el fiscal Eduardo Taiano acusada de ser parte de una supuesta maniobra para favorecer a los agentes inmobiliarios que vendieron el inmueble de la calle Perón 667 por $ 43 millones, donde actualmente funciona la oficina de la funcionaria.

"Jamás advertí ninguna irregularidad ni la advierto ahora. Nada me llamó la atención porque ganó el inmueble de mejor precio, más de 20 funcionarios de distintas áreas aprobaron todo, el edificio llenaba todas las condiciones necesarias y el precio era inferior a la cotización oficial", sostuvo Gils Carbó, foco de fuertes embestidas del Gobierno para apartarla de su cargo.

Frente a frente, se respiró un clima formal, pero cordial durante su exposición, que duró casi dos horas. Gils Carbó aclaró que iba a responder todas las preguntas que fueran necesarias, pero que debía terminar la indagatoria antes de las 15 porque tenía programado un encuentro con un representante de la ONU por el caso de Santiago Maldonado. Habló con tono pausado y hasta se animó a desplegar un cuadro para explicar su postura, mientras tomaba un té.

Cuando terminó su exposición, su abogado, Alejandro Rúa (el mismo de Cristina Kirchner); el fiscal, y el juez le hicieron menos de diez preguntas. A las 14 ya estaba fuera del edificio.

Taiano había pedido su indagatoria al sospechar que su jefa había simulado una licitación que no fue tal y había recibido "dádivas" por la compra del edificio.

"No intervine para nada en la redacción del pliego. Yo sólo aprobaba lo que la asesoría jurídica me decía que era correcto", se defendió la titular del Ministerio Público.

Un empleado infiel

Gils Carbó cargó toda la responsabilidad por el "negocio oculto" en Guillermo Bellingi, subdirector de la Procuración, el funcionario que llevó adelante la licitación y cuyo medio hermano cobró una millonaria comisión después de cerrar la operación.

"Cuando nos enteramos del negocio oculto de Thill, sufrimos, nos sentimos defraudados. Estimo que los titulares de las áreas, funcionarios de carrera, no...

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