Gestos que salvan: un entrenamiento en alza tras los atentados de París

PARÍS.- La primera pregunta que debemos responder en los formularios apoyados sobre la larga mesa del cuartel de bomberos de Sévigné, en el barrio del Marais, marca el tono de la formación que todos elegimos hacer: ¿estuvo presente en el momento de los atentados de noviembre?

Responder a esta pregunta provoca de forma inmediata un escalofrío. Me obliga a pensar, una vez más, dónde estaba la noche de los atentados del viernes 13 de noviembre, y qué hice a medida que las noticias caían en Twitter. No me animé a levantar la mirada, pero sentí el ambiente pesado, como si a todos les estuviera pasando lo mismo. En realidad es por eso que vinieron.

Los bomberos de París fueron los primeros en llegar a los lugares de los hechos la noche de los atentados que dejaron 130 muertos. En Francia, este cuerpo no se dedica sólo a controlar incendios, pero también, y sobre todo, al socorro de víctimas, tarea que les insume el 90% de su tiempo. Presente durante esa fatídica noche, y frente a la gran cantidad de personas que se le acercaban para preguntarle qué podían hacer y cómo podían ayudar, al jefe de la brigada de bomberos de París, Philippe Boutinaud, se le ocurrió lanzar a mediados de enero una formación de iniciación en "gestos que salvan", abierta a todos los parisienses interesados. El objetivo es reforzar la capacidad del ciudadano a la hora de prodigar técnicas de primeros auxilios, esas mismas que realizaron los bomberos el día de los atentados. Con 8600 bomberos, la unidad de París es la más importante de Europa y la tercera del mundo después de Tokio y Nueva York.

En qué consisten

Los cursos, organizados todos los sábados en seis cuarteles de París, y divididos en dos turnos de 15 participantes cada uno, fueron un éxito inmediato y están completos hasta abril. Frente a la fuerte demanda, otros seis cuarteles se sumaron a la formación.

Durante algo más de dos horas aprendimos a reaccionar ante un caso de "múltiples víctimas". Es decir, en caso de un nuevo atentado, escenario que ya nadie descarta y en un futuro no tan lejano. Apoyar contra una pared al que tiene dificultad para respirar y así mantenerlo sentado; detectar cuando alguien está consciente, aunque no se mueva, y ponerlo de costado; lograr desplazar a personas incluso más pesadas que uno, y detener una hemorragia son gestos que pueden salvar vidas mientras se espera la llegada de los bomberos, que tardan en promedio entre 5 y 10 minutos.

La formación incluye, de yapa, los pasos a...

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