Más gestos que hechos

Aunque todos los relativos anuncios de ayer fueron correctos, es difícil explicar por qué se usó tanto para tan poco. Un país en vilo durante 24 horas. La oposición formalmente convocada por primera vez en ocho años. Una ráfaga de reconciliación con Hugo Moyano, sólo para que la cúpula gremial estuviera presente. Empresarios que nunca faltan. Funcionarios que sirven para cualquier temporada. Los aplaudidores de siempre. Nadie sabía nada de antemano. Los radicales desconocían si iban a asistir a una declaración de guerra o de paz. Moyano creía que era un anuncio sobre el petróleo o, en el mejor de los casos, un puente tendido hacia la reconciliación con él. Todos terminaron escuchando la repetición de anuncios sobre las Malvinas que ya se habían hecho.En el caso del Informe Rattenbach hubo, además, un paso atrás respecto del último anuncio. Entonces se dijo que se abriría ese informe a la opinión pública, sin condiciones y de inmediato. Ahora se creó una comisión (integrada también por el hijo militar del teniente general Benjamín Rattenbach) que analizará en 30 días si existen pasajes de ese informe cuya divulgación podría afectar la seguridad nacional.En rigor, ese informe ya mandó presos a militares al final de juicios que se hicieron en tribunales ordinarios y que terminaron a mediados de la década del 90. Mucho antes, en las postrimerías de la dictadura, la entonces revista 7 Días había publicado el Informe completo. Quizás haya, aunque nadie la sabe, anexos que se desconocen. Sería, en tal caso, lo único nuevo para los que han seguido esa historia. No puede desconocerse, con todo, la decisión presidencial de rendirle homenaje a una figura como Rattenbach, un militar que juzgó con coraje y decisión a sus propios camaradas, los responsables de una guerra criminal, inservible y equivocada. Rattenbach pagó con su propio aislamiento del mundo militar aquel implacable rigor.La Presidenta tiene siempre su propia historia de la historia. Ayer aseguró que no hubo una adhesión social espontánea a la guerra, sino -cómo no- una manipulación de los medios. Una dictadura manipula la información. Esa no es una novedad. Es cierto que manipuló la información sobre la guerra y confundió a todos los argentinos. Pero también es verdad que hubo un amplio apoyo social espontáneo en el primer momento, tal vez como consecuencia de un viejo sentimiento nacional sobre las Malvinas.La excepciónLa descarada manipulación posterior por parte de la dictadura (que tuvo su centro...

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