Gay Talese: 'Escribí lo que tenía que escribir; no me arrepiento de nada'

Puede parecer una ironía hablar por teléfono con el hombre que cree que sólo se puede escribir sobre aquello que se ve, que se conoce de primera mano. Pero para él, que consiguió siempre organizar con palabras una especie de cuadro viviente ante los ojos de sus lectores, la conversación es otro acto de ilusionismo. Hablar por teléfono con Gay Talese es casi lo mismo que hacerlo sentado frente a él, con chaleco y corbata, y un gin tonic en la mano.

Dentro de una semana, el 7 de febrero, cumplirá 84 años. Talese, que fijó para siempre las reglas del Nuevo Periodismo con sus perfiles y crónicas fulminantes, ya canónicas, sobre Frank Sinatra, Joe DiMaggio, su padre sastre o las diferentes tipologías de los gatos callejeros de Nueva York, el mismo que en el libro sobre la mafia Honrarás a tu padre dio la excusa para la serie Los Soprano, ese hombre mira ahora hacia atrás y habla de sí mismo.

Habla rapidísimo, sin parar, y tiene la virtud de verse a sí mismo como otro. Conversar con él es como si un aficionado de fin de semana jugara al tenis con un profesional ya rankeado. La comparación no es para nada casual. "Me gusta que diga eso -afirma sin vueltas-. Pero tengo que decirle que lamentablemente dejé de jugar al tenis. Tuve problemas de salud y decidí que lo mejor era ahorrar esa energía para escribir."

El tenis es una variedad del duelo acaso más civilizada que el box. Uno contra uno. Como el duelo sin palabras que Talese mantuvo con Sinatra y que registró en "Frank Sinatra está resfriado", esa crónica canónica que apareció primero en Retratos y encuentros (Alfaguara) y que ahora Taschen reeditó en inglés en un libro objeto con fotos del cantante.

¿Pero por qué, si Talese jugaba al tenis, y según parece jugaba bien, no escribió más frecuentemente sobre tenistas? "Escribía sobre tenis cuando era periodista en el Times, pero hace 20 años que no encuentro un jugador de tenis que me interese lo suficiente. Federer, por ejemplo, es una gran persona, pero no lo veo como el individuo apropiado para el tipo de trabajo que yo querría hacer. Juega todo el tiempo, tiene su mujer, sus hijos y un montón de gente alrededor. Me atraen los personajes más solitarios. Me encanta mirar partidos de tenis y tuve algunos amigos tenistas que eran de veras interesantes, pero últimamente el juego se volvió muy robótico."

-Muchos de sus textos, el más emblemático es el que le dedicó al boxeador Floyd Patterson, se ocupan de perdedores. ¿Qué conexión encuentra entre la...

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