García Uriburu

Denuncia contra la polución

No hubo año más convulsionado en este planeta que 1968. La revueltas estudiantiles de París se extendieron a toda Europa y llegaron a la plaza San Marcos, donde una manifestación fue reprimida por la fuerza pública. Al mismo tiempo se realizaba la 34a Bienal de Venecia, que también estaba en crisis porque se habían suspendido los grandes premios. El 19 de junio, un ágil y treintañero Uriburu comenzó su trabajo por la mañana. Arrojó una sustancia fluorescente a lo largo de unos tres kilómetros del Gran Canal, que se fue transformando paulatinamente en un camino verde surcado por góndolas. La acción se hizo sin pedir permiso a las autoridades municipales; la burocracia era tal que la hubiera abortado. Con esta coloración, el artista denunciaba la polución que estaba transformando el paisaje urbano. No sólo se dirigía a un público "bienalista": turistas y locales vieron la transmutación del agua. Algunos se dieron cuenta de que eso era una acción artística, otros ni lo notaron, y hacia las seis de la tarde ya había desaparecido el efecto de color. En la muestra actual se pueden ver la emblemática fotografía del Gran Canal teñido y otras dos de una acción similar que realizó en el Riachuelo junto con Greenpeace, en 2010.

Defensa del agua potable

Tanto la performance como el land art nacieron como formas experimentales y a contracorriente del mercado de arte. Sin embargo, el mercado absorbe la "reliquia" (del latín reliquiae, residuos, lo que queda). De las coloraciones se conservan fotos y videos, así como también botellas que contienen agua rescatada de esas acciones. Hay un botellón de 45 cm de alto, con una etiqueta que dice: "Coloración Uriburu, preservemos el agua potable en vías de extinción, reserva para el futuro. 2% del agua mundial es potable". Sigue la fecha (24.12.2000), la firma y la huella del pulgar del artista. Cada botellón, botella o un conjunto de botellas con su caja de madera se venden numerados como si fueran grabados, tabulación que también se aplica a la fotografía y a la escultura. Más de un espectador se ha preguntado si ese agua procede realmente de alguna coloración. En este tipo de arte experimental, la fe es una cuestión vital. Algo semejante sucede en la religión con los restos de Santiago en Compostela o del manto de la Virgen en Chartres: nada acredita que sean...

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