Ganancias, un debate que expone todas las contradicciones

Mauricio Macri abandonó en las últimas 48 horas tres inercias en las que parecía estar instalado. Abrió una negociación para superar la crisis que se desató cuando la oposición impuso en la Cámara de Diputados su propia versión del impuesto a las ganancias. Relegó al presidente de Boca y empresario del juego Daniel Angelici de cualquier intervención en la política judicial del oficialismo. Y envió un mensaje al gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, en el que le advertía que ya no está en condiciones de pagar el costo internacional que supone la prisión preventiva de Milagro Sala. Con estos giros se cierran tres etapas. Y se inauguran nuevos problemas. Tenía razón Julio Irazusta: "La política es una opción entre dificultades".

La reforma de Ganancias expone casi todas las disfunciones de la vida pública. Allí, Macri chocó contra uno de sus grandes dilemas. La alianza Cambiemos está unida por la contradicción con el kirchnerismo. Lo mismo sucede con una franja importante de la base electoral oficialista. Esta dinámica obliga al Gobierno a librar un incesante ballottage contra "lo viejo". Pero la estrategia tiene un límite: como el Poder Ejecutivo está en minoría en el Congreso, está condenado a entenderse con "lo viejo".

En las últimas dos reuniones de Macri con su equipo se impartió la misma instrucción: dialogar. De pronto, Massa dejó de ser un impostor. Además de la retórica, mejora el método. El Presidente indicó que hablar con Peña, Mario Quintana o Gustavo Lopetegui es hablar con él. Un espaldarazo para Peña, y un upgrade para sus dos subordinados. La otra recomendación de ayer, en Olivos, fue quitar dramatismo a la tormenta. Traducido: fragmentar las negociaciones. Hay un escollo: Macri no quiere ceder más recursos que los de su proyecto.

Salvo que exprese una posición negociadora, esa rigidez haría que las conversaciones sean inconducentes. Por ahora, el Presidente confía en que la racionalidad de los números convenza al peronismo. Alberto Abad presentó cifras impactantes. La propuesta oficial suponía un costo fiscal de $ 41.800 millones. La ley Massa-Kicillof sacrifica $ 150.000 millones.

El impacto sobre alguna provincias es llamativo. Según la AFIP, Buenos Aires perdería $ 9860 millones; Santa Fe, 6600; Córdoba, 6400; Tucumán, 3400. Pero lo más curioso es la caída de recaudación para los distritos más pobres, donde Ganancias alcanza a menos habitantes. Según el economista Federico Forte, la reforma beneficia sobre todo al 9° y al...

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