Ganancias: por qué los cambios vigentes desde agosto tienen efectos pobres frente a los daños de la inflación

Con los cambios que se aplicaron en Ganancias a partir de los salarios de agosto, un empleado que sigue alcanzado por el impuesto tiene un descuento, en concepto de la carga impositiva, algo más leve del que tendría de no haber mediado esa modificación, pero mucho más elevado que el que tendría en un escenario o sin inflación, o bien bajo la hipótesis de la aplicación de correcciones al esquema del impuesto que resultaran suficientes para compensar todo el efecto distorsivo de la suba de precios (es decir, con la aplicación de correcciones que evitaran que se incremente la tasa efectiva del tributo al mismo tiempo que cae el poder adquisitivo del ingreso).

Para hoy está previsto que el ministro de Economía y candidato a presidente por el oficialismo, Sergio Massa, anuncie una nueva modificación al esquema del impuesto. Habrá otra suba del piso salarial desde el cual se tributa. Hoy esa variable está en $700.785 (en bruto) y sería llevada a por lo menos un millón de pesos. El cambio vigente desde el mes pasado incluyó, además de un aumento de ese salario más bajo alcanzado por Ganancias, una actualización de 35% de los ingresos mínimo y máximo que definen los límites de cada escalón de la tabla de alícuotas. Esta disposición, que se decidió que tuviera efecto desde enero último, es la que trajo el insuficiente alivio explicado en el primer párrafo.

Pero ese efecto está muy lejos de ser suficiente para compensar el incremento de la presión fiscal provocada por la inflación. Y, además, la aceleración de la suba de precios de las últimas semanas hizo que quedara retrasado el reajuste del menor salario alcanzado por el gravamen.

Un ejemplo concreto de lo explicado en el primer párrafo: un empleado con dos hijos declarados a su cargo, que empezó 2023 con una remuneración bruta de $600.000 y que va recibiendo reajustes que lo llevan a percibir un sueldo promedio de $868.535 en todo el año, tendría un descuento total por el impuesto -tal como están hoy las cosas- equivalente al 18,1% de su ingreso neto. Es un porcentaje casi un punto y medio inferior al que hubiera tributado en caso de no existir la última modificación: en este último escenario, la tasa efectiva del tributo hubiera sido de 19,5%. Sin embargo, si no se hubiera dispuesto ninguna corrección, pero tampoco hubieran ocurrido los incrementos de precios, es decir, si no hubiera inflación o, en todo caso, si todo su efecto quedara compensado por actualizaciones al esquema de Ganancias...

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