Ganancias 2023: guía del impuesto para asalariados y autónomos, qué puede deducirse para aliviar la carga y cómo recuperar pagos a cuenta

En el inicio de cada año, desde 2018, se actualizan las variables que definen quiénes y cuánto pagan por el impuesto

A partir de este mes de enero estarán alcanzados por el impuesto a las ganancias los asalariados con una remuneración bruta mensual de $404.062, que equivale a un sueldo neto de aportes a la seguridad social de $335.372. Ese umbral quedó definido por la aplicación de un mecanismo de actualización establecido por una ley vigente desde 2018, por el cual no solo se modificará el piso salarial para tributar, sino también los montos no imponibles, los valores de la tabla que -en función de diferentes rangos de ingresos- define qué alícuota se considera en cada caso, y los importes topes que pueden deducirse por algunos gastos, como el de alquiler de la vivienda o el de servicio doméstico.

Para calcular la actualización se utiliza el porcentaje de avance que tuvo de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte) entre los meses de octubre de los dos años previos al que corresponde la carga tributaria. Entre octubre de 2021 y ese mes de este año, ese indicador de salarios formales de la economía aumentó nominalmente un 78,8385%, según la publicación que hace la Secretaría de Seguridad Social.

Las cifras tomadas como punto de partida para aplicar ese porcentaje son las que estaban vigentes en enero de 2022. En ese entonces, el sueldo bruto más bajo alcanzado por Ganancias era de $225.937. Durante el actual año solo se reajustó, en dos oportunidades (como respuesta a los daños provocados por la inflación y a cuenta de la actualización anual que se concretará ahora), el piso salarial para pagar Ganancias y los valores límites de un rango de ingresos para los cuales hay deducciones especiales incrementadas, que implican un mecanismo que sirve para aliviar la carga fiscal y evitar algunas de las distorsiones provocadas por un reajuste del esquema que es solo parcial.

Las actualizaciones hechas al margen de la correspondiente a cada enero se concretan en función de lo establecido por una ley promovida en 2021 por el actual ministro de Economía, Sergio Massa. Instrumentar ese mecanismo incompleto (no se reajustan todas las variables), frente a una suba de los precios que afecta a todos, provocó una ruptura del esquema tradicional de cálculo del impuesto y una pérdida de progresividad.

Más allá de eso, lo cierto es que, luego de un año que finalizó con una inflación de 94,8%, según el dato difundido por el Indec, la actualización del esquema de Ganancias (esta vez sí, de todas sus variables, a diferencia de lo ocurrido en junio y en noviembre) se hace con un índice inferior al del alza de precios. El efecto es una mayor presión impositiva para los trabajadores, porque para ingresos de igual o incluso de menor poder adquisitivo que antes, se eleva el porcentaje efectivo que implica el descuento por la carga fiscal. Por otra parte, el reajuste produce un efecto inicial de alivio, que luego se irá diluyendo, a medida que los pesos pierdan su poder de compra.

Con la actual dinámica de la inflación, el esquema de actualización anual de Ganancias es insuficiente, según evalúa el contador César Litivin, del estudio Lisicki, Litvin & Asociados, y eso lleva a que "cada tanto se use una técnica deficiente y se suba solo el piso salarial para pagar y no todas las variables". Su opinión es que debería haber un reajuste mensual de todas las variables siguiendo el Indice de Precios al Consumidor, en lugar de utilizar un indicador referido a la...

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