Cómo será el futuro de James Bond, ahora en manos de Danny Boyle

En 2013, dijo que hacer una película de James Bond no era para él. Cinco años después se prepara para dirigir el opus 25 del agente secreto más famoso del mundo. Y no solo eso: hasta el encumbramiento de Harry Potter, James Bond era el nombre de mayor reconocimiento global gracias al cine. Tan entusiasmado está Boyle con este compromiso que se anticipó algunas semanas al anuncio oficial difundido el viernes por la mañana desde EON Productions, dueño y custodio de la marca Bond. Para sorpresa de muchos, el director insinuó que británico con licencia para matar.

La comunicación fue escueta y precisa al mismo tiempo. Ya sabemos que al Bond 25 lo dirigirá Boyle, a partir de un guion que llevará la firma de John Hodge, antiguo y confiable colaborador del director, para el que escribió su ópera prima (Tumba a ras de la tierra) y otras dos películas: Vidas sin reglas y La playa. También se anunció que la producción se iniciará a comienzos de diciembre, que el rodaje (como siempre) se hará en su mayor parte dentro de los históricos estudios Pinewood, que a casi 50 kilómetros guarda en sus inmensos hangares y stages casi toda la memoria de lo que James Bond hizo en el cine desde 1962. Y que el estreno ya anunciado en los Estados Unidos para el 8 de noviembre de 2019 tendrá su tradicional adelanto en Londres, el 25 de octubre.

Falta mucho de lo esencial: el título de la película, los nombres que tendrán el villano y las infaltables chicas Bond, la elección del intérprete del tema musical que acompaña los créditos iniciales (toda una marca propia en el universo 007). Pero junto a todo eso aparece una confirmación decisiva: como el propio círculo íntimo de Bond imaginaba, con Michael Wilson y Barbara Broccoli (sus productores históricos) a la cabeza, lejos de las apuradas especulaciones de quienes ya imaginaban un nuevo rostro,

Sabemos que Craig sufre a Bond más de lo que supo disfrutarlo, pero el actor inglés (quizás el mejor agente 007 de toda la historia) sabe que todavía tiene algo más para ofrecer después de haberle dado al personaje durante la última década y desde la magnífica nada menos que su reinvención desde cero. El Bond de Craig es contemporáneo, áspero, hasta cruel. Se mueve entre las amenazas del terrorismo internacional y sus propias contradicciones. Hasta su llegada, Bond no se preguntaba sobre su destino: ¿una máquina de matar o un hombre consciente de su destino como salvador de la civilización occidental?

Esa recuperada...

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