Jóvenes con un futuro incierto

Se los cuenta de a miles y la cifra no deja de crecer. Son los jóvenes de entre 15 y 24 años, denominados "ni–ni", porque no estudian ni trabajan. Se trata, básicamente, de hijos de personas pobres que no pueden salir de la pobreza, que a su vez tienen hijos que también serán pobres. Reproducen entre generaciones una dura realidad que en nuestro país se ha mantenido al margen de todo tipo de crecimiento económico.También existen "ni–ni" entre las clases media y alta, pero son muchísimos menos y no corren el peligro de los chicos de la pobreza, especialmente de aquellos que conforman el cuartil más bajo de ingresos familiares, donde ni siquiera los planes sociales garantizan su permanencia en la escuela. Víctimas del abandono, esos chicos viven a merced de grupos de delincuentes que los buscan como mano de obra barata para cometer delitos garantizándose impunidad y como ariete para lograr una mayor penetración de la droga entre los sectores más vulnerables.Según informes elaborados a partir de datos del Indec, los "ni–ni" están compuestos principalmente por mujeres y representan actualmente entre el 10 y el 15 por ciento de la población juvenil del país. Entre 2003 y 2012, su peso en la franja de 15 a 24 años creció de 8 a 10%, conforme estimaciones de Ernesto Kritz, uno de los directores de Poliarquía Consultores.Son varias las entidades privadas que estudian el tema y, si bien sus resultados varían según la edad que se considere dentro de esa franja, todas coinciden en que se está frente a un fenómeno compuesto por entre 650.000 y 850.000 chicos. Y nada indica que esa porción vaya a bajar en lo inmediato.Es una situación muy grave que pone en serias dudas las constantes manifestaciones exitistas de las autoridades referidas a inclusión, aumento del empleo y baja de la pobreza y de la indigencia. Si bien son de destacar algunos programas oficiales como la Asignación Universal por Hijo (AUH), no son suficientes, pues no implicaron una mejora en la situación de pobreza estructural.Se trata de jóvenes que ingresan y salen del mundo del trabajo sin lograr permanecer sin ningún empleo. Según opinó el politólogo Daniel Arroyo durante una consulta realizada por el suplemento Enfoques de LA NACION, "no vieron trabajar ni a sus padres ni a sus abuelos y por eso carecen de método. La escuela es una gran transmisora de método y eso es lo que han perdido. Ése es el principal problema social en la Argentina".Para muchos de los actuales adolescentes, la educación no...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR