El futuro del Gobierno está en el puño de Macri, Bullrich y Larreta

El fastidio de Mauricio Macri es tan grande, que en ocasiones supera los límites que se autoimpone para no decir palabras de más en el principio de una carrera electoral que lo encuentra como factor determinante. Una de las últimas veces fue el 12 de enero pasado, en Mar del Plata . Quizás envalentonado por las consultas punzantes de Claudia Álvarez Argüelles , la dueña de casa, el expresidente cargó contra el Fondo Monetario Internacional (FMI) , para sorpresa de los 30 empresarios que lo escuchaban en el primer piso del Costa Galana acompañados por un lenguado que, según la descripción de varios de ellos, estaba espectacular.

Macri subvirtió el universo semántico del Frente de Todos en un párrafo. Le molesta que el organismo ahora manejado por Kristalina Georgieva le libere las manos a Sergio Massa para intervenir en el mercado financiero de una forma en que su antecesora, Christine Lagarde , no se lo permitía a Nicolás Dujovne y Hernán Lacunza , ministros de Economía en la gestión anterior.

La molestia de Macri apunta a un mecanismo financiero particular. Washington no invalida la operatoria que le permite al Gobierno usar al Banco Central para comprar la deuda que no logra renovar en el mercado. Es un punto de extrema fragilidad para la Casa Rosada. Según la memoria del expresidente, el FMI no fue igual de comprensivo ante los pedidos que hacía en 2019 la gestión de Cambiemos para estabilizar el frente cambiario.

El enojo del expresidente está envuelto en cierta ironía. Critica al FMI por una actitud colaboracionista con Alberto Fernández y Cristina Kirchner , los mismos que señalan al organismo de crédito como el presunto financiador de la última campaña presidencial de Macri.

El miércoles pasado por la mañana ocurrió una escena perfecta que le da el contorno a la molestia de la oposición. Sergio Massa anunció la recompra de bonos en dólares por más de US$1000 millones . En la superficie, encaja con la liturgia kirchnerista, ya que a primera vista luce como una operación de desendeudamiento. Ese brillo se opaca cuando se rasca con el dedo. El Gobierno no redujo el peso de la deuda inmediata -el problema que le rompe la cabeza a los economistas de Juntos por el Cambio-, sino que pagará títulos que permiten controlar el precio de los dólares financieros.

Massa anunció en Hacienda la recompra de deuda en dólares. La operación quedó envuelta en la polémica, por diferentes motivos.

Esa misma mañana, el diputado Luciano Laspina , economista de cabecera de Patricia Bullrich , le envió un mensaje de WhatsApp a la presidenta del...

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