El fútbol mixto marca la cancha

Mientras tomaba agua de la botellita y se recuperaba en el banco del intenso partido que había jugado con sus amigos, a Leandro le llegó una propuesta que no pudo rechazar. "Nos faltó un jugador. ¿Querés sumarte?", escuchó que le preguntaban desde atrás de la red de protección para evitar que salgan las pelotas. A pesar del cansancio y un compromiso asumido previamente con Netflix, Leandro decidió aceptar la propuesta. Después de todo, un poco más de fútbol no le haría daño a nadie (y a él tampoco). Dejó la botella y entró en la cancha para jugar el partido. Enseguida algo le llamó la atención. Paradas sobre el césped sintético, haciendo ejercicios de calentamiento, estaban sus nuevas compañeras de equipo. Sin saberlo, lo habían convocado para jugar un partido mixto. "¿Y ahora?", se preguntó entre sorprendido y entusiasmado por el nuevo desafío.

Después del boom del fútbol femenino, que en su momento fue interpretado como un paso más en la búsqueda de igualdad de género, los equipos conformados por hombres y mujeres se imponen en las plazas y canchitas de fútbol 5 de todos los barrios. Si el fútbol femenino fue el que abrió el camino para la aceptación, el mixto es algo así como la confirmación de que algo está empezando a cambiar. "Hace 10 años un hombre no aceptaba jugar un partido con una mujer. Y la mujer tampoco se permitía decir que quería jugar. Hoy eso cambió, el varón no solo acepta, sino también reconoce cuando una chica juega bien o mejor que él", dice Lorena Aquino, arquera y capitana de Las Máquinas, un equipo en el que comparte cancha con su marido, su hermano y varios amigos de la infancia y del que resalta el sacrificio y la entrega en cada partido.

Lorena siempre tuvo contacto con el fútbol, pero recién a los 33 lo comenzó a disfrutar desde adentro de una cancha. "Empecé hace tres años a jugar en un equipo de mujeres, pero al poco tiempo surgió lo del fútbol mixto y me encantó -asegura-. Últimamente se la incluyó mucho a la mujer en el fútbol. Me parece que es un lugar que nos fuimos ganando y que los hombres fueron aceptando. Al principio, ellos no tenían expectativas de lo que podíamos hacer dentro de una cancha, pero ahora se sorprenden y halagan lo que hacemos. Y a nosotras, jugar con ellos nos obliga a mejorar para estar a la altura", sostiene Lorena, que hace hincapié en el respeto que los hombres deben profesar a las rivales cuando juegan juntos. "Algunos se olvidan que están jugando con chicas y juegan fuerte. Pero...

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