Fútbol callejero: una pasión con reglas propias que crece sobre el asfalto

Juan David Lee levanta su remera y deja expuesta las marcas de una vieja batalla entre pandillas. La cicatriz comienza por debajo del ombligo y termina unos 20 centímetros por encima de éste. "La puñalada tocó el hígado. Estuve al borde de la muerte... al borde de la muerte", repite. Por suerte, dice, el fútbol callejero pudo alejarlo de esas malas experiencias y enfocarlo en otros valores.

Entre ellos, aparecen el respeto, la solidaridad y la cooperación, tres pilares en los que se apoyó la Copa América 2015 Nelsa Curbelo, organizada por el Movimiento de Fútbol Callejero, que culminó ayer en El Rosedal de Palermo. Allí, 220 adolescentes de catorce delegaciones escribieron un nuevo capítulo de una historia que se inició en 1994 en una villa de Moreno, que recorrió el mundo y volvió a la Argentina con un concepto común: el deporte como sinónimo de inclusión.

"Por suerte, pude recuperarme y empezar a transmitir esos valores a toda mi gente de Barranquilla", agrega Juan David. A su lado, Liz Milagros Astohuayhua, de Perú, asiente y participa de la charla, en tono amigable y sin rivalidad, a pesar de que hace algunos minutos se enfrentaron en la canchita de cemento. "Unimos culturas porque hay jugadores de muchos países. También sirve para que esos chicos que tuvieron malas experiencias se distraigan con el fútbol", dice Liz.

Colombia le ganó en la cancha a Perú y por eso sumó tres puntos. Pero el resultado final del encuentro fue 12 a 9. Es que el juego se divide en tres tiempos: el primero, de diez minutos, sirve para que los jugadores de ambos equipos, junto a dos mediadores, discutan las reglas con las que disputarán el partido (sin árbitros); en el segundo tiempo, de 20 minutos, se juega al fútbol, y en el tercer tiempo, de otros diez minutos, se analiza si ambos equipos cumplieron con los tres valores que rigen el torneo. Cada equipo suma tres puntos extras por cada uno de ellos.

Ayer, en pleno asfalto del Rosedal, se habían montado dos canchitas de papi fútbol. Argentina Ciudad de Buenos Aires abrió la competencia versus Brasil Porto Alegre, pero con todos los jugadores sentados en el círculo central, entremezclados. Mientras tanto, en las multicolores tribunas se bailaba murga. Un aplauso indicaba que ya estaba todo consensuado para jugar. De fondo, en una pantalla gigante, se mostraban imágenes de los incidentes en la cancha de Boca en el partido frente a River. Los dos extremos del mismo deporte.

Sorprende la habilidad de Silvia...

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