Fundamentalistas de la coyuntura

¿Son incorrectas las intenciones de emparentar al actual gobierno kirchnerista con el fascismo?

Según Norberto Bobbio, una de las características de los gobiernos fascistas es la capacidad de movilización de masas enmarcadas en organizaciones dirigidas hacia una socialización política planificada. La falta de ese contenido fundamental aleja a este híbrido político de la actual Casa Rosada de tal sistema. Podríamos incluso afirmar -sin que esto implique la más mínima admiración por ese tipo de régimen- que la manifiesta falta de capacidad de planificación y organización necesaria para construir políticas públicas revela que quienes dirigen los destinos del país actúan como verdaderos fundamentalistas de la coyuntura. De todos modos, la vocación autoritaria de algunos funcionarios sumada al estilo casi monárquico de Cristina ayuda a confundir aún más la caracterización política de este proceso populista con inusitada concentración económica.

Una manera de relativizar la importancia de las crecientes manifestaciones autoritarias del Gobierno por parte de quienes lo apoyan es considerarlas aisladas, verlas individualmente y como parte de reminiscencias de las viejas prácticas políticas. Sostienen que son excesos, en muchos casos, de algunos gobernadores feudales o de algún funcionario o dirigente menor. Ignoran la contradicción que implica que un gobierno que se considera a sí mismo progresista base su poder en una docena de provincias donde reina el más rancio feudalismo.

Otra forma de intentar justificar estas prácticas es destacar lo realizado por este gobierno en sus nueve años de gestión. Asignación Universal por Hijo, incremento sustancial de beneficiarios de la jubilación, planes sociales, etc. Ninguna de estas conquistas, sin embargo, es de orden estructural. No alteran de manera permanente la distribución de los ingresos ni independizan a los beneficiarios. Básicamente, incrementan el clientelismo político y la dependencia.

La apelación a medidas que reflejan aspiraciones de vastos sectores populares, como la recuperación de Aerolíneas o de las AFJP, sirven a la épica, que es la gasolina misma del modelo, pero ocultan la ineficiencia de gestión que termina drenando una enorme cantidad de recursos del Estado.

Según Loris Zanatta, la noción de la unidad de la Nación que hoy se tiene es la idea de que los que están en el poder no representan a una parte de la sociedad que convive con otra que no los votó, sino que son la Nación misma. No...

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