Con una fuerte suba de las deportaciones, el Gobierno ajusta el control de extranjeros

En el contexto del triunfo electoral del ultraderechista brasileño , y mientras más voces -opositoras y también oficialistas-se alzan pidiendo "mano dura" con los extranjeros que delinquen, el Gobierno avanza en una serie de medidas con dos objetivos claros: establecer circuitos de control migratorio y acortar los tiempos para la expulsión de aquellos inmigrantes que cometan delitos.El debate recrudeció luego de que el Gobierno vinculara a dos venezolanos, un paraguayo y un turco con los desmanes ocurridos frente al Congreso durante el reciente debate del presupuesto 2019.En lo que hace a las deportaciones, desde el Ministerio del Interior, que encabeza , muestran datos que diferencian su política de la del kirchnerismo. Las expulsiones de extranjeros que delinquen pasó de 4 en 2015 (último año de Cristina Kirchner) a 33 en 2016, 75 en 2017 y 150 en lo que va del año."Probablemente lleguemos a los 200", dicen cerca del ministro del Interior. También subió de manera evidente la cantidad de extranjeros que delinquieron aquí y fueron enviados a sus países natales para que terminen allí de cumplir con sus condenas: de 235 en 2015 pasó a 240 al año siguiente, 414 el año pasado y alrededor de 370 este año. "La idea es acelerar los tiempos", dicen desde la Dirección Nacional de Migraciones, que encabeza Horacio "Totó" García, antiguo funcionario del Ministerio de Seguridad porteño y actualmente bajo las órdenes de Frigerio.La Justicia anuló en marzo un decreto del presidente que fijaba condiciones más estrictas para el ingreso y la radicación de extranjeros.Con relación a los cuatro detenidos por los incidentes, en el Gobierno coinciden en que "se está viendo qué hacer con ellos", ya que la causa judicial no avanzó. Allí surgió la idea de reformar la ley migratoria para acelerar los procesos de expulsión y utilizar el vehículo de un "foro migratorio específico" para tramitar casos graves. Pichetto y el Gobierno también coinciden en la necesidad de contar con una policía migratoria, más allá de que hoy este rol es cumplido por distintas fuerzas de seguridad.El presidente Mauricio Macri, que ayer en Córdoba se manifestó contra los inmigrantes "que no vienen a trabajar, sino a delinquir, y nos complican la vida", avala las negociaciones con Pichetto y otros dirigentes en torno a una reforma de la ley migratoria. Tiene aún un escollo: la Corte Suprema todavía no se...

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