Con una fuerte polémica de fondo, hoy debatirán la norma que habilita a quemar residuos

En medio de una fuerte presión ejercida por agrupaciones ambientalistas, cooperativas de cartoneros y sectores políticos, el gobierno de la ciudad podría alcanzar uno de sus objetivos del año si en la Legislatura se aprobara hoy la modificación de la ley de basura cero. La reforma establecería nuevas metas para la disposición final de residuos y volvería a habilitar la incineración de los desechos, luego de 40 años sin quema, aunque mediante la termovalorización.

Con cambios que podrían aparecer hasta minutos antes del debate, los legisladores oficialistas y sus aliados buscan asegurar que la continuidad de las fuentes de trabajo de los cartoneros no corra peligro. Es la principal preocupación de las cooperativas que sustentan su economía en los desperdicios recuperables que, según entienden, serán los más requeridos para alimentar las plantas de recuperación de energía propuestas por el Poder Ejecutivo como alternativa a la disposición final en rellenos sanitarios.

Para el gobierno, en la modificación de la ley 1854 (de basura cero, sancionada en 2005) que se votará hoy no se discute la utilización de la incineración como alternativa -aunque abre la puerta a la utilización de esta técnica-, sino que corrige errores de una norma que no contemplaba el crecimiento de los volúmenes de basura por la recuperación de la economía ni el incremento poblacional. La ley vigente establece que las metas de disposición final a cumplir debían ser de un 30% para 2010, de 50% para 2012 y de 75% para 2017, tomando como base los niveles enviados a la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse) durante 2004 (1,5 millones de toneladas). Las metas propuestas son un 50% para 2021, un 65% para 2025 y un 80% para 2030, pero sobre la base de los niveles de 2012 (2,2 millones de toneladas).

Sin embargo, las agrupaciones sociales y los cooperativistas creen lo contrario. "Los programas de recolección diferenciada de residuos estarán seriamente amenazados porque el material que recuperan los cartoneros será combustible para los incineradores. Hay un riesgo de que se pierdan puestos de trabajo", planteó Juan Grabois, de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP). "Lo explica el papa Francisco con la idea de la ecología integral. El grito de los pobres y de la tierra es un solo grito, y con la cultura del descarte, descartar objetos y personas es la misma forma. Si se produce una política agresiva de incineración, se pueden...

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