Sin fronteras entre la defensa y la seguridad

La próxima Cumbre del G-20, que se realizará en nuestro país, es un desafío que también permite constatar que la frontera entre defensa y seguridad hoy no es clara pues las amenazas se desarrollan en ambos campos. El protocolo de seguridad del G-20, exigido para el país sede, exige que se utilicen todos los medios: fuerzas policiales, de seguridad y armadas. Ahora bien, ¿la amenaza que plantea la seguridad del G-20 es interna o externa?

Se trata por lo general de una amenaza externa que se desarrollaría en el país en el que tiene lugar la cumbre. La participación militar que prevé el protocolo alcanza a aviones de combate y vigilancia, buques, baterías antiaéreas, radares y despliegue terrestre para reforzar a las fuerzas policiales y de seguridad.

De acuerdo con la legislación vigente en la Argentina, dicha participación militar es ilegal. La arbitraria reglamentación de la ley de defensa nacional fue establecida por decreto en la gestión ministerial de Nilda Garré, avanzando sobre la ley de defensa de 1988, de acuerdo con la cual la amenaza externa es misión de las Fuerzas Armadas y la interna corresponde a las de seguridad y policiales, pero sufrió una alteración en esta reglamentación, dado que el instrumento militar solo puede ser empleado ante una amenaza externa si esta proviene de una fuerza armada regular de otro Estado.

La amenaza de seguridad sobre la Cumbre del G-20 difícilmente provendría de una fuerza regular de un Estado, sino de organizaciones no estatales, como ocurre con distintas variantes del terrorismo internacional. Además, la doctrina militar moderna en las Fuerzas Armadas occidentales plantea que el conflicto del siglo XXI es la llamada "guerra híbrida", en la cual un Estado no actúa como tal, sino a través de fuerzas irregulares y acciones de ciberguerra para alcanzar un objetivo militar en función de los intereses de un Estado, pero sin que este participe. Las academias militares de los países occidentales ponen como ejemplos la secesión de Ucrania y las guerras de Irak, Siria y Afganistán, entre otras. A ello se suman los conflictos que derivan de los proyectos de secesión.

De acuerdo con la reglamentación de la ley de defensa nacional vigente, las Fuerzas Armadas argentinas no podrían participar en una guerra...

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