Sin cohesión en el frente

De , el juez federal Ariel Lijo venía deslizando entre íntimos una idea explosiva. Estaba en condiciones, contó, de dar un paso que podría ubicar al vicepresidente al borde del procesamiento. Le investiga presuntas negociaciones incompatibles con la función por el cobro de publicidad oficial y supuesto enriquecimiento ilícito.Pero Boudou es un hombre de suerte. ¿Qué juez lo haría ahora sin exponerse a múltiples interpretaciones? http://www.lanacion.com.ar/1628330-boudou-el-liderazgo-de-cristina-es-indiscutiblede le permite ganar tiempo frente a compañeros que, de no ser por el respaldo de la jefa, ya le habrían perdido el respeto público.Contra lo que indican sus modos, Boudou no parece soberbio cuando entra en confianza. Son momentos en los que admite torpezas o excesos personales, reporta lealtad infinita hacia la conductora que lo ungió "de la nada" y, sorpresa mayúscula, acepta consejos. El más recurrente de los últimos meses: bajar el perfil. Obedecieron él y su entorno. Alejandro Vandenbroele, dueño visible de The Old Fun, desapareció de los lugares que frecuentaba en Buenos Aires y se mudó a Mendoza, donde nació.La fragilidad de Boudou explica el estado de un gobierno que, desde las primarias, ha perdido esa capacidad de infundir temor entre empresarios, sindicalistas y dirigentes. Sin su ADN político, el kirchnerismo se parece cada vez menos a sí mismo. Es indudable que la convalecencia de la líder hace más evidente esta debilidad que, en rigor, las corporaciones venían anticipando. No hay olfato más sagaz que el de un empresario asustado.Esta nueva dimensión supone un cambio cualitativo para el establishment . Fastidiado, Axel Kicillof tiró hace dos viernes, delante de compañeros, un recorte de Ámbito Financiero sobre la mesa. "Mirá lo que dicen estos hijos de puta", dijo, y mostró. Eran anécdotas de una comida organizada tres días antes en el Yatch Club de Puerto Madero con empresarios, políticos y gente del espectáculo. El texto recogía el comentario burlón de algún invitado: "El viceministro Axel Kicillof dejó de ser un ?asesino cereal'; dejó de pelearse con las exportadoras de granos para, ahora, promoverlas".Kicillof venía de reunirse esa semana con Bunge, Cargill, Dreyfus, Nidera y Molinos, entre otras. Fueron encuentros conducidos por Guillermo Moreno en los que se exigía que, como Carlos Bulgheroni, todas trajeran dólares a través del Baade, uno de los instrumentos del blanqueo.Moreno salió convencido de que lo harían. Tal vez, por esa...

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