Frases hechas. De dónde vienen los dichos 'cortar el rostro', 'dos dedos de frente', 'dorar la píldora', 'no dar el pinet'

Muchas de las frases que repetimos perdieron su origen. Algunas de ellas heredadas con las corrientes inmigratorias, generalmente provenientes de Europa

De tanto repetirlas se transmiten en la sociedad hasta que se pierde su origen, que puede ser una anécdota, un hecho puntual destacado o un momento de la historia. Prácticas, usos y costumbres son también el detonante de muchas de las frases populares que circulan, casi sin darse cuenta.

De transmisión oral, éstas últimas no tienen un sustento escrito. ¿Cómo, entonces, las prácticas, usos y costumbres se convierten en frases populares que perduran a través del tiempo? "Creo que habría que comparar este proceso con el del derecho consuetudinario, o sea, las normas jurídicas que no están escritas pero tienen fuerza de ley porque se refieren a cosas y hechos que siempre se cumplieron o que siempre se hicieron de un mismo modo. De esa misma manera, hubo prácticas y costumbres que en un momento de la historia dieron origen a frases que, con muy pocas palabras, identificaban situaciones que eran conocidas por todos. La tradición por vía oral, de generación en generación, mantuvo a muchas de ellas vivas hasta el día de hoy, aun cuando, en muchos casos, no sabemos su verdadero origen ", explica a LA NACIÓN revista el historiador, escritor y docente Charlie López, autor de Somos lo que decimos , Detrás de las palabras y ¿Por qué decimos?

¿Quién te dio vela en este entierro? Esta frase proviene de la antigua España y luego se instaló en países de Latinoamérica

De nuestro país, de España, Francia, Alemania o de donde sea, hoy muchas de esas prácticas y costumbres están en desuso e incluso llaman la atención en la actualidad. Una de las muchas frases que surgieron de los usos transmitidos de padres a hijos es ¿Quién te dio vela en este entierro? "Esta frase proviene de la antigua España y luego se instala en países de Latinoamérica. Proviene de la costumbre de que los deudos del muerto le entregaran velas a los familiares o amigos que eran cercanos al difunto, como señal de respeto por su presencia en el funeral. No tener vela significaba que la relación con el fallecido no ameritaba su presencia en las honras fúnebres. Por eso, la usamos para hablar de los que se entrometen en conversaciones ajenas o en asuntos que no les incumben", detalla Charlie López.

También originada a partir de una antigua costumbre española, Tirar la casa por la ventana se remonta al año 1763, cuando Carlos III de España...

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