Francisco: un mes de gestos en el camino del cambio

ROMA.- " ¡Tutti pazzi per Francesco! ", que podría traducirse como " http://www.lanacion.com.ar/1565400-el-metodo-bergoglio-para-gobernar". Así rezaba la pancarta que en la audiencia general del miércoles pasado llevaba un grupo de chicos de Volturara Irpinia, pueblo de 4000 almas de la provincia de Avellino, en el sur de Italia, y que bien podría sintetizar el balance de un mes de pontificado de Francisco, que se cumple hoy.Todo el mundo coincide en que el primer papa argentino trajo un viento nuevo, una nueva primavera a la Iglesia Católica. Gestos que, como admiten todos los días cardenales y obispos, crearon un verdadero http://www.lanacion.com.ar/1568514-se-confirma-el-efecto-francisco-pascua-de-misas-llenas.Desde el habemus papam del 13 de marzo pasado, cuando un desconocido para el mundo http://www.lanacion.com.ar/1570455-el-papa-francisco-invito-a-no-tener-miedo-de-ser-y-vivir-como-cristianosapareció desde el balcón central de la Basílica de San Pedro y saludó con un tímido "buona sera", el clima cambió.Hay un boom de confesiones en Italia, donde Francisco conquistó la confianza del 84% de los italianos y hasta del 62% de los no católicos, según un sondeo, y en varios otros países, iglesias más llenas, clima de esperanza y un renovado fervor en el mismo Vaticano.Gracias a Francisco –y para deleite del sector hotelero romano, golpeado por la crisis–, todos los domingos la Plaza San Pedro es invadida por miles de fieles (el domingo pasado, 100.000), atraídos por el "papa venido del fin del mundo".En un mes, el papa Francisco gestó lo que podría terminar siendo una verdadera revolución. Si los católicos se sentían desorientados por la renuncia de Benedicto XVI y por ocho años de pontificado marcados por crisis, el escándalo de pedofilia en el clero, VatiLeaks, las intrigas, las pujas de poder en la curia romana, la falta de transparencia en el manejo del IOR (el Banco del Vaticano), ahora todo parece haber comenzado a cambiar.Desde el momento en el que salió al balcón de la Basílica de San Pedro esa fría y lluviosa noche del 13 de marzo, Francisco hizo soplar un aire fresco.El nuevo papa, el primer jesuita, el primer latinoamericano, salió sin muceta (la capa roja) y sin cruz pectoral dorada; llevaba, en cambio, la suya de siempre, de hierro. Y antes de bendecir a la multitud, se hizo bendecir por la plaza, gesto inédito que abrió, como él mismo explicó, un nuevo camino en el cual avanzan "juntos", el obispo y el pueblo.En lo que aparece como una...

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