Otra sorpresa de Francisco: almorzó como un empleado más en el comedor del Vaticano

ROMA.- Francisco no deja de sorprender. Ayer, en plenas vacaciones de verano -que él no se toma-,Como uno más y ante el asombro de todos los empleados, el Papa se puso en la fila del self-service y, luego, llevando él mismo su bandeja, se sentó junto a un grupo de empleados de la farmacia del pequeño Estado, con quienes compartió un almuerzo de lo más normal, en el que charlaron de fútbol y otros temas."Se sirvió fusilli [condimentados sólo con aceite], una porción de merluza, verduras gratinadas y papas fritas", contó a L'Osservatore Romano, el diario del Vaticano, Claudia di Giacomo, que en ese momento se encontraba en la caja. "No tuve el coraje de pedirle la cuenta", reveló, aún shockeada.Como ella, todos los presentes quedaron totalmente desconcertados con esa inesperada visita. "¿Y quién se esperaba que el Papa viniera a comer con nosotros?", admitió Franco Paini, chef del comedor, que destacó la actitud del jefe de la Iglesia Católica."Llegó como el más humilde de los obreros. Agarró su bandeja, sus cubiertos, hizo la fila y le servimos. Nos presentamos, nos preguntó cómo estábamos, qué hacíamos, nos felicitó, nos dio la bendición y se sacó fotos con nosotros", contó Paini a Radio Vaticana.Los empleados de la farmacia que se sentaron con Francisco contaron que él les habló de su origen italiano, de economía y, por supuesto, de fútbol. Aunque la visita duró apenas una hora, el Papa -acompañado por su...

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