Francisco clamó contra la corrupción y por la democracia

ASUNCIÓN.- Consolidar la democracia, la transparencia, la lucha "impetuosa" contra la corrupción. En un nuevo mensaje de fuerte contenido político, ése fue el pedido que hizo ayer el Papa al arribar a Paraguay, última etapa de su viaje a América latina.

En su primer discurso en este país de pasado político turbulento -dictadura, golpes de Estado, crisis institucionales y hasta el asesinato de un vicepresidente (Luis María Argaña, en 1999)-, el Papa destacó la importancia de la "construcción de un proyecto democrático sólido y estable".

"Los animo a que sigan trabajando con todas sus fuerzas para consolidar las estructuras e instituciones democráticas que den respuesta a las justas aspiraciones de los ciudadanos", exhortó Francisco, al hablar ante el presidente Horacio Cartes y otras autoridades en el Palacio de López.

Luego de reconocer avances "en medio de grandes dificultades e incertidumbre", el Papa recordó la forma de gobierno adoptada en la Constitución de Paraguay, "democracia representativa, participativa y pluralista". Y advirtió sobre la "tentación de la democracia formal que [el documneto eclesiástico de] Aparecida definía como la que se «contentaba con estar fundada en la limpieza de los procesos electorales»".

Ya en sus dos primeras etapas, Ecuador y Bolivia, Francisco, el primer papa latinoamericano, hizo llamamientos de altísimo contenido político. En Quito, por ejemplo, llamó a evitar los "liderazgos únicos" y los "personalismos". En Santa Cruz de la Sierra, hizo un contundente reclamo de cambio del sistema global; "ya no se aguanta", dijo sobre el sistema económico global.

De la misma forma, ayer, en Asunción, destacó la necesidad de "gestiones transparentes que luchen impetuosamente contra la corrupción" y recordó que "los pobres y necesitados han de ocupar un lugar prioritario".

Aunque reconoció "pasos importantes" en educación y salud, pidió que "no cese el esfuerzo de todos los actores sociales, hasta que no haya más niños sin acceso a la educación, familias sin hogar, obreros sin trabajo digno, campesinos sin tierras que cultivar y tantas personas obligadas a emigrar hacia un futuro incierto; que no haya más víctimas de la violencia, la corrupción o el narcotráfico".

Con apenas 6,8 millones de habitantes, Paraguay no es sólo uno de los países más pobres del continente, el segundo después de Bolivia, sino también uno de los más corruptos, según Transparency International.

En la escala más emotiva de la maratón de Jorge...

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