El fracaso más profundo de una Justicia incompetente

A la Justicia le llevó un cuarto de siglo investigar a y terminó porque se tomó demasiado tiempo para decidir si . La absolución de Menem es la confesión del fracaso del Estado en su persecución penal. Es la admisión de su propia inoperancia para investigar, su desidia para tramitar las causas y su desprecio por la ciudadanía que merece una respuesta del Estado ante un presidente que posiblemente cometió un acto de corrupción. Se trata también de una violación de la dignidad del acusado, que sin importar quién es tiene derecho a una certeza y a librarse del estado de sospecha en un plazo razonable. Y no es un plazo razonable.Este es el motivo por el cual los jueces Eduardo Riggi y Liliana Catucci, de la Sala III de la Cámara de Casación, resolvieron absolver a Menem (el tercer juez, Carlos Mahiques, también lo hizo, pero condiferencias). Destrozaron una instrucción que demoró siete años, despellejaron a los jueces del tribunal oral que se tomaron otros ocho para hacer una investigación suplementaria y otros tres para llevar adelante el juicio oral y público que terminó con una absolución. Incineraron a sus colegas de la propia Casación que revisaron con anterioridad la absolución. Dijeron que cometieron decenas de errores técnicos y que hasta inventaron un tipo penal inexistente para forzar una figura de contrabando. se erigieron en jueces de sus propios colegas y los aniquilaron.Dijeron que los delitos federales gravísimos cometidos, como la falsedad del contenido de los decretos, fueron dejados de lado al declarar la incompetencia de la Justicia Federal. Ahí estaban los culpables que no fueron entonces ni serán ahora condenados. Esos graves delitos federales quedaron latentes por los errores procesales.Cuando solo quedó en pie el delito de contrabando, que no se verifica en este caso, porque lo que pasó por la aduana era lo efectivamente declarado, el destino final de esta causa quedó sellado. Hubo fallos al no precisar qué se investigaba.No lo dijeron estos dos camaristas de Casación, nombrados...

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