Un fracaso político que augura más derrotas

El pronóstico es necesariamente malo si el enfrentamiento con los sindicatos empezó con un gremio amigo. El liderazgo de Ctera, la federación con mayor cantidad de afiliados entre los docentes, ha estado, y está, muy cerca del kirchnerismo. Uno de sus líderes históricos, Hugo Yasky, actualmente al frente de una de las dos conducciones de la CTA, es una presencia infaltable en los actos de Cristina Kirchner. Sin embargo, el http://www.lanacion.com.ar/1669202-tras-el-fracaso-de-la-paritaria-nacional-la-mayoria-de-las-provincias-no-empiezan-las-clases-manana

, que tres días antes había pedido, en su discurso ante el Congreso, que los maestros comenzaran las clases en tiempo y forma. http://www.lanacion.com.ar/1669187-docentes-bonaerenses-si-no-hay-una-propuesta-digna-no-volvemos-a-las-escuelas

, como estaba previsto.

Más aún, la huelga de varios sindicatos de maestros, entre ellos Ctera, podría extenderse hasta el lunes.

tiene dos problemas. Uno consiste en sus limitaciones políticas, que son reales; el otro es que carece de vocación para hacer lo que ella misma pregona. El gremio docente es el primero que negocia los aumentos salariales del año. Se convierte en referencia, por lo tanto, de las negociaciones de los otros sindicatos. Si el aumento de los docentes es un piso de los otros aumentos, resulta obvio que el techo de las subas salariales imaginadas por el oficialismo llega sólo al 25 por ciento.

Después de darle muchas vueltas verbales al asunto (lo que no es extraño en él), terminó por ofrecer un aumento salarial del 22 por ciento hasta dentro de un año. Y en tres cuotas. El 9 por ciento restante llegará, si es que llega, sólo en junio de 2015. La propuesta no sería mala si la Argentina fuera Alemania. La diferencia, no menor, es que aquí no se sabe a cuánto trepará la inflación en los próximos 60 días. ¿Para qué hablar de lo que podría suceder dentro de casi un año y medio? ¿Acaso se puede pagar en el supermercado con un cheque diferido a junio de 2015?

Es cierto, con todo, que la Presidenta no puede ser más generosa si es que quiere ser coherente con los cambios en su política económica. Podría predicar con el ejemplo y sacarle los fondos a Fútbol para Todos o mandar a sus delfines de a que sean más austeros en Aerolíneas Argentinas. Pero nunca llegará a tanto. Ése es su otro límite.

Detrás de los docentes vienen los otros gremios, sobre todo los del sector privado. No podría pedirles prudencia a éstos si ella terminara avalando...

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