Firmes junto a la patronal para mantener el empleo

Antonio Caló no está en su mejor momento. Hace días que el líder de la CGT y de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) viene repitiendo entre íntimos que necesita el respaldo del Gobierno para la que acaso será su última batalla al frente de la central de trabajadores: las paritarias 2015. No es fácil. Caló rinde, antes que nada, un examen ante la UOM, donde lo presionan porque temen que se cumpla el pronóstico con que suele atormentarlo Luis Barrionuevo: el Gobierno está usando a Caló y terminará desechándolo una vez que esa alianza deje de servirle. Por eso, el gastronómico aconseja la unidad de la CGT antes de las elecciones de octubre.

Lo primero que debería hacer Caló es no equivocarse de interlocutor, algo que acaba de pasarle a su par Armando Cavalieri. El líder del sindicato de comercio estaba hace 20 días a punto de firmar con las cámaras un 30% de aumento salarial que había acordado con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, cuando dos llamadas de Axel Kicillof a los empresarios Carlos de la Vega y Osvaldo Cornide interrumpieron lo que ya era una negociación saldada. "No otorguen más del 23 o 24%", ordenó. Habrá que volver a empezar.

Esta sorpresiva alianza del ministro de Economía con la patronal, que se desarrolló en simultáneas conversaciones con Héctor Méndez, jefe de la Unión Industrial Argentina, vuelve a horadar las atribuciones del jefe de la cartera laboral. Es cierto que Tomada ya está bien curtido: hasta hace dos años quien lo salteaba en esa faena era Julio De Vido. A diferencia de lo que les pasa a ambos, y probablemente por su origen no peronista, a Kicillof le cuesta menos ponerle techo a la negociación. Esta frontalidad lo llevó ayer a darle finalmente la razón a Ismael Bermúdez, el periodista de Clarín que viene planteando desde el martes que, pese a los cambios en el impuesto a las ganancias, los trabajadores terminarán pagando por ese tributo más este año que el pasado. Así lo admitió Kicillof en conversación con Radio Del Plata: "Una persona que gana 20.000 pesos este año va a conseguir un aumento del 20, 25 o 30%, lo que consiga, y el año que viene va a conseguir otro aumento; bueno, lo que va a pagar de ese impuesto es más, como lo que va a pagar más de muchas otras cosas".

La obsesión del profesor keynesiano por tirar abajo la paritaria forma en realidad parte del plan de retirada del kirchnerismo. Es una táctica en cierto modo paradójica: ¿qué temor lleva a un economista que niega el viejo postulado ortodoxo de...

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