El final de una ficción y la posible antesala del colapso

Sergio Massa y Alberto Fernández

El video con el que Alberto Fernández confirmó su desistimiento a intentar su reelección presidencial fue el punto final para una ficción. Su decisión era esperable y solo podía haber dudas sobre el momento en que la iba a hacer pública. Constituyó el corolario de una fracasada gestión que lo mostró como un presidente débil e ineficiente casi desde el inicio de su mandato y la fiel demostración de que ha llegado al tramo final de su gobierno denostado por propios y extraños.

Desde el inicio de su gestión presidencial, el nivel de pobreza siguió creciendo, la inflación se duplicó y el precio del dólar informal se multiplicó por algo más de siete. Según la consultora Poliarquía, la desaprobación del Gobierno alcanzó en abril un récord del 71%, en tanto que la imagen positiva del primer mandatario exhibió una nueva caída hasta el 18%. Se trata del mayor rechazo a una figura presidencial desde que la mencionada empresa consultora efectúa estos relevamientos de opinión pública, en los últimos 17 años. El dramatismo crece cuando a esto se suma que el 77% de los argentinos admiten que han debido reducir sus gastos en lo que va del año y más de un tercio de ellos señala que debió hacerlo en la compra de alimentos.

En este contexto, mantener el misterio sobre su hipotética candidatura a la reelección para evitar convertirse prematuramente en un pato rengo -como se conoce a todo presidente impedido de ser reelegido- ya no tenía sentido para Alberto Fernández.

Ningún jefe de Estado podría iniciar una campaña por su reelección con semejantes números. Mucho menos, con un coro de dirigentes de su partido pidiéndole que bajara su postulación, incluida quien lo ungió como candidato presidencial en 2019.

La ficción de la postulación para un segundo mandato de Alberto Fernández llegó a su fin. Pero nadie puede asegurar que tal montaje no derive en otra obra con ribetes más trágicos para la coalición gobernante.

Tal temor cunde hasta en no pocos dirigentes del oficialismo, persuadidos ya no solo de que un triunfo electoral es altamente improbable, sino también de que la debacle puede ser catastrófica. Su pánico se agiganta cuando observan la tendencia que exhiben las encuestas de opinión pública desde agosto hasta hoy.

Según la evaluación del consultor Alejandro Catterberg , hasta diciembre último, podía advertirse un bicoalicionismo resistente, de acuerdo con el cual Juntos por el Cambio , en primer lugar, y el Frente de...

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