El fin de la pandemia del Covid-19 no es el fin de los esfuerzos por evitar una nueva

Hace tan sólo unos días el Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Tedros Ghebreyesus anunció el fin del Covid-19 como emergencia sanitaria internacional, pero advirtió " que esto no significa que el Covid-19 haya dejado de ser una amenaza para la salud mundial ". Tampoco significa que el mundo esté libre de sufrir otra amenaza similar en materia de salud. Desafortunadamente, las graves deficiencias identificadas en el sistema internacional con la reciente pandemia continúan socavando los esfuerzos para prepararse y responder efectivamente ante otras potenciales amenazas. Es por ello que se debe apoyar el trabajo de varios países del mundo para elaborar y negociar un Tratado sobre Pandemias, que contribuya a reparar esas deficiencias.

Un primer borrador del Tratado sobre Pandemias, incluye varias de las medidas que pueden mejorar la preparación y la respuesta del mundo ante esa amenaza. Sin embargo, subsisten evidentes vacíos que se deben atender antes que nos sorprenda un nuevo brote epidémico de dimensiones globales, y sobre los cuales ha advertido el Panel para una Convención Global de Salud Pública ( GPHC ). El GPHC, un grupo constituído por diversos líderes globales y exjefes de Estado, hemos planteado la urgencia de que el Tratado sobre Pandemias incluya líneas claras de acción y rendición de cuentas antes y durante una crisis como la del Covid-19. También hemos sugerido incluir incentivos que promuevan la adopción de acciones correctas por parte de los Estados, brindar apoyo financiero y técnico a aquellos a los países de menor desarrollo relativo, y promover un sistema global que asegure el respeto a las disposiciones del Tratado .

La creación de un sistema global con autoridad efectiva y mecanismos de rendición de cuentas para proteger a la gente, no es una idea radical. En 1945, cientos de miles de personas murieron como consecuencia de los ataques nucleares durante la Segunda Guerra Mundial y poco tiempo después se fundó el Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés) con facultades suficientes para realizar inspecciones in situ e investigar potenciales violaciones a los tratados de no proliferación de armas nucleares. Desde el 2020, más de 6.8 millones de personas han muerto a causa del Covid-19, pero aún hay actores en el escenario internacional que ignoran o asumen con indiferencia los esfuerzos por avanzar hacia un tratado global que garantice los instrumentos necesarios...

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