Los filtros de Instagram y una consecuencia alarmante

MADRID.- "No tener culo" era un complejo que Miriam Parralo, de 28 años, arrastraba desde siempre. Después de años ahorrando, poco antes de que comenzara la pandemia juntó los 8.000 euros que le hacían falta para una operación estética con la que quería implantarse grasa alrededor de los glúteos para ganar el volumen que no tiene de forma natural: "Estaba ilusionadísima, pero hice la tonta, me arrepiento muchísimo".

Su operación salió mal . La "convencieron" para ponerse unos implantes sintéticos en lugar de la grasa y ahora uno de ellos se le mueve. "Estoy deforme total". Trabajadora, soltera, con un hijo, no tiene dinero ni para poner una demanda contra la clínica ni para someterse a otra cirugía que le arregle el problema. "Antes de la intervención casi no me informaron. Me dijeron lo típico, que el implante podía reventar, pero poco más. Nada que ver con lo que sucedió", asegura.

En muchas clínicas de precios bajos quien informa a las pacientes, o más bien clientas -en torno al 85% son mujeres-, son comerciales, a menudo sin formación sanitaria, y quien se somete a la operación no tiene más que un breve encuentro con el cirujano. Esto, junto a agresivas promociones comerciales y una masiva exposición a modelos de belleza irreal sobre todo a través de redes sociales , está dando lugar a una banalización de la cirugía estética , según profesionales, sociedades médicas y expertas.

"Hay gente que cree que va a la peluquería, y no entiende que en una cirugía puede haber complicaciones", dice el cirujano plástico Diego Tomás Ivancich. "El paciente se encuentra desprotegido y abrumado por ofertas más centradas en el 2x1, por tiempo limitado o, ‘Si te operas tú, tu amiga gratis’. Son aberraciones", se queja José Luis Vila, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (Secpre). "Nunca pensé que podría banalizarse tanto mi profesión, que podría convertirse en un negocio que interesa a empresas al olor del dinero, por encima del bienestar del paciente", lamenta Moisés Martín, cirujano plástico con más de 30 años de experiencia y miembro de Secpre y de la Asociación Española de Cirugía Estética y Plástica (Aecep).

Puede fallar

Los errores en las operaciones no son la norma, pero tampoco son completamente extraordinarios. Es inevitable que crezcan ante la proliferación de clínicas low cost , donde a menudo operan profesionales de la medicina que no tienen la especialidad en cirugía plástica .

En una década, las cirugías casi se han duplicado en España : de 119.637 en 2010 a 221.935 en 2019, según los datos de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica y Estética (Isaps, por sus siglas en inglés). En su último informe, que analiza 2020, las cifras cayeron como...

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