¿Quién filtró las escuchas telefónicas?

Alguien está despachando al público conversaciones telefónicas privadas con los espasmos de un loco. Se conocieron algunos audios (el primero de Cristina Kirchner en su diálogo de compinches con Oscar Parrilli) y también algunas transcripciones de otras conversaciones, aunque sin audios. Otro audio complicó también al presidente de Boca, Daniel Angelici, viejo amigo de Macri, quien en el momento de la conversación, hace dos años, estaba también bajo intervención telefónica judicial. La intensa filtración de conversaciones telefónicas atravesó la sociedad entre la sorna y la bronca, entre la indignación y la solidaridad.

Conviene detenerse en un aspecto poco mentado en estos días. La difusión de esas conversaciones vulnera garantías constitucionales, que protegen la inviolabilidad de la correspondencia de las personas y que, según la interpretación posterior de los jueces, incluyen las charlas telefónicas. Se trata de una extensión del derecho constitucional a administrar la vida privada, que la Constitución deja en manos de la conciencia y de Dios. La ley permite sólo en casos excepcionales las intervenciones de teléfonos, que deben ser autorizadas por los jueces en resoluciones fundamentadas. Está claro que las escuchas telefónicas sólo deben servir para investigar un presunto delito. Ningún párrafo de la Constitución las autoriza para manipulaciones políticas, ni para destruir a un adversario ni para provocar la hilaridad colectiva.

El caso que comprometió a Cristina Kirchner comenzó en los primeros días de septiembre de 2015, poco antes de que la entonces presidenta entregara el poder. La primera vuelta de las elecciones presidenciales sucedería el último domingo de octubre. El país estaba en medio del torbellino de la campaña electoral que tenía ya como protagonistas principales a Macri y Daniel Scioli. Dos fiscales, Franco Picardi, de la Capital, y Juan Bidone, de Mercedes, le pidieron ayuda al entonces jefe del servicio de inteligencia oficial, Parrilli, para localizar al prófugo Ibar Pérez Corradi. Parrilli accedió. Fuentes oficiales señalaron que cuando asumió el gobierno de Macri hubo una primera sorpresa con este caso. Había una alteración en el envío de informes de la AFI (la ex SIDE) a la Justicia. No estaba el informe sobre Pérez Corradi. Había un salto entre los informes anteriores y posteriores; faltaba el de Pérez Corradi.

El gobierno le ordenó a la AFI que investigara el tema. Dos expedientes con los informes sobre Pérez...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR