Filarmónica de Buenos Aires

Orquesta Filarmónica de Buenos Aires / Solista: Akiko Suwanai, violín / Director: Ira Levin / Programa: Wagner: Obertura de Los maestros cantores; Dutilleux: Concierto para violín y orquesta L'Arbre des Songes ; DvorAk: SinfonIa en Re mayor , Op. 60 / Sala: Teatro Colón. Nuestra opinión: muy buenoSin entrar en especificaciones críticas de ningún tipo sino ateniéndonos exclusivamente a lo que cualquiera de los habitantes del Colón pudo percibir, en el concierto del jueves de la Filarmónica de Buenos Aires hubo dos partes absolutamente diferentes. La primera pasó sin despertar mayores emociones. Más aún, podríamos afirmar, aun cuando esto sean sólo conjeturas, y, por lo tanto, indemostrables, que los aplausos sostenidos que le fueron tributados a Akiko Suwanai no tuvieron su razón de ser en alguna devolución por los goces recibidos por su interpretación (magistral) del concierto de Henri Dutilleux, sino por el deseo de motivarla para que tocara alguna pieza fuera de programa. Aunque, insistimos, no salimos del terreno de las suposiciones. Por el contrario, con la sexta sinfonía de Dvorák, el teatro -que no presentó el lleno total que la violinista, el director, la orquesta y el programa se hubieran merecido- se despertó feliz y fervoroso, explotando en aplausos generosos, incluso, al final de cada uno de los movimientos, palmas que, huelga decirlo, fueron acompañadas por los infaltables sh , shush y chitones de todo tipo de quienes llamaban a silencio al considerar que es poco menos que pecado proferir efusiones en el medio de una obra.En realidad, y ahora sí en términos más críticos que meramente descriptivos, podríamos decir que, musicalmente, la excelencia se instaló a ambos lados de ese intervalo demarcador de fronteras.Salvo la obertura inicial de Wagner que, casi rutinaria, pasó casi sin dejar huella, Suwanai, la Filarmónica y Levin alcanzaron altísimos niveles de interpretación en el concierto de Dutilleux y en la sinfonía de Dvorák, sin lugar a dudas, dos obras absolutamente diferentes, tanto en sus contenidos como en las demandas que ellas plantean a cada uno de los involucrados en su concreción.Akiko Suwanai es una de las mejores violinistas del mundo. Ya habíamos tenido la oportunidad de admirarla por estos pagos, también, como en esta ocasión, haciendo obras escritas en tiempos recientes. Hace unos años, también con la Filarmónica, ofreció una interpretación extraordinaria del segundo concierto para violín de Penderecki, con el...