Una ficción recrea la vida de Manuel Puig a partir de cartas y diarios de una amiga

Hablar de Manuel Puig cuando, hace casi dos décadas, conoció a Carmencita, abuela de su mujer, fue inevitable. Carmen Acuña vivió en General Villegas, igual que el autor de Boquitas pintadas, cuyo abordaje literario en clave cinematográfica y teatral a él, Carlos Balmaceda, profesor de historia, periodista y escritor, le interesaba profundizar. Para entonces había publicado su primera novela -La plegaria del vidente, por la que fue premiado en España- y sabía que lo suyo era la literatura que mezcla realidad y ficción. Pero no sólo eso.

Carmencita había conocido a Puig cuando ella tenía 14 años y él 8, y mantuvieron una amistad que superó distancias geográficas, sociales y religiosas hasta poco antes de la muerte, en 1990, del para esa época ya famoso escritor.

Con el tiempo, Carmencita fue confiando a Balmaceda esa y otras experiencias de vida que había registrado en diarios íntimos y que alimentaban la imaginación del escritor, quien, en tanto, publicó otras seis novelas. El resultado: Contigo a la distancia. Manuel Puig en los diarios de Carmencita, la novela que publicó Planeta este mes y que Balmaceda presentará mañana en la Feria del Libro de Mar del Plata.

"Hasta que Carmencita murió, en 2013, no imaginé una posibilidad concreta de escribir algo con ella como un personaje", cuenta Balmaceda a LA NACION. Primero intentó escribir una pieza teatral. "Opté por la novela porque me podía permitir contar muchos más episodios y emociones. Carmencita es el punto de partida; a Puig lo abordo desde ella" porque "me encanta desarrollar lo que la ficción hace con la realidad".

Con un estilo similar al llano, directo e intimista de Puig, Balmaceda intercala narraciones, diálogos y cartas que "muestran cómo iba cambiando esa relación y qué les iba pasando a uno y a otro en la vida de él, artista, y de ella", una mujer que compartía el sueño de los inmigrantes del siglo XIX de progresar y tener una hija que pudiera estudiar en la universidad (en su caso lo logró) y que se definía como una simple mujer de campo.

"Hay un hilo rojo de afectividad y de cariño que los unió durante mucho tiempo. Es difícil saber dónde empieza el recuerdo y dónde la emoción hace que uno se acuerde de una cosa y no de otra. La memoria es caótica, no es lineal", afirma el escritor. Y cuenta que conversó horas y horas con Carmencita y consultó sus diarios y las cartas de Puig, hoy en el fuero íntimo de su familia política.

En Contigo a la distancia, según su autor, "hay un...

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