Festival Grec: clásico y moderno

BARCELONA.- Rock and Poe. En el Festival Grec, que concluyó ayer, una de las figuras invitadas fue Calixto Bieito, el mismo director que montó en el San Martín La vida es sueño . Para algunos, un profesional de la provocación. Al Grec vino con Desaparecer , espectáculo a partir de textos de Edgar Allan Poe, con un actor conocidísimo aquí, como es Juan Echanove, y una cantante de rock emergente, como es Maika Makovski. Se abre el telón y todo es humo, densidad, espesura. Algo se divisa en un costado: es ella, sentada frente a un piano de cola. En el extremo opuesto está él parado en el centro de un espacio de líneas minimalistas. Ella es una especie de Björk, una maga, una voz llena de espesuras y quiebres que interpreta temas propios creados para el espectáculo. A él le toca poner en palabra los relatos de Poe. Cuando se topa con El gato negro, toca fibras vibrantes, perversas. Sin embargo, hay varios pasajes en la que la propuesta se torna fría, distante y esteticista. Pero está ella, que es pura magia. Es más, hay una tapa que excede a la propuesta: la obra se ofrece en un teatro del Raval y salir de ese viaje recorriendo sus calles está mucho más que bien. Pura magia.Genio y demonio. El auditorio que da nombre al festival de verano es una sala semicircular al aire libre para unas 2000 personas. Está ubicado en pleno corazón del Montjuic. Desde allí, Barcelona impone su eclecticismo arquitectónico. En este auditorio es en donde hace unas noches el gobierno porteño presentó un espectáculo de tango. Es el mismo sitio en el cual estuvieron la cantante Niña Pastori, la orquesta de Wilton Marsalis o una puesta de Tomás Pandur, entre otros trabajos. Sin embargo, para el argentino Ricardo Szwarcer, director del Grec, una de las grandes dudas era saber qué podía suceder con la presentación de Keith Jarret. Básicamente, el problema era lidiar con su humor (cabe recordar el fastidio que tuvo este indiscutible genio del jazz en su reciente concierto en el Teatro Colón). Ahora bien: parece ser que Dios es catalán. Los relatos aseguran que no sólo dio un concierto exquisito, sino que, llegado el momento, hizo cuatro bises (¿un récord jarretiano?) ante un público en estado de ensoñación. El genio había domado a su propio demonio.Divagaciones. En la década del ochenta, la producción escénica catalana fue un faro en materia de renovación. Si bien grupos como La Fura dels Baus, Els Joglares o Els Comediants trabajan líneas diversas, la potencia de los que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR