Fernández se aventura en aguas económicas

Alberto Fernández ha dejado de criticar en términos muy generales el plan económico de Mauricio Macri (es liberal, la gente pasa hambre, las pymes cierran, decía) para meterse en el territorio resbaladizo de la coyuntura. El propósito está claro: frenar , impulsada sobre todo por la estabilidad de las variables básicas de la economía. El dólar está más o menos quieto desde hace un mes y medio, y la curva de la inflación pasó del catastrófico 4,7 de marzo a cerca del 2 por ciento, según anticipan los economistas para julio.El problema de Alberto es que cuando se mete en cosas tan sensibles corre el riesgo de convertirse en un . Podría perder votos por eso más que por cualquiera de sus otras imprudentes intervenciones. De hecho, el martes el dólar llegó a los 45 pesos por muchas razones (devaluaron todas las monedas importantes de América Latina, por ejemplo, aunque el peso argentino se depreció más que las otras), pero en algo influyeron las confusas declaraciones de Alberto sobre el destino de las Leliq. El Gobierno no hizo demasiado escándalo por las consecuencias de las declaraciones de Fernández porque corría el riesgo de agravar el conflicto. El propio Alberto se dio cuenta de su error porque uno de sus referentes económicos, Guillermo Nielsen, salió poco después de la apertura de los mercados a desmentirlo -y a explicarlo- a su jefe político. No habrá default de las Leliq, dijo Nielsen, y agregó: solo se trata de discutir el nivel de las tasas de interés. El mensaje cambió crucialmente. Nielsen no hubiera hablado nunca en esos términos sin una conversación previa con el propio Fernández. Ayer, el dólar mantuvo su tendencia más cercana a los 45 pesos, pero también en un escenario latinoamericano de devaluaciones. La Argentina fue el país, al revés del lunes, que menos vio depreciar su moneda.Cuando Nielsen no había terminado de arreglar los desarreglos, Alberto se metió en otro alboroto. Todos saben, dijo, que el dólar está subvaluado. Es decir, está pidiendo una importante devaluación o, lo que es peor, está anticipando que él la haría si llegara a la presidencia. Los mensajes van dirigidos, uno u otro, a desestabilizar la actual economía de Macri. Es, sin duda, un gesto de debilidad. Fernández hace promesas muy difíciles de cumplir en el contexto de la economía argentina, salvo que quiera volver al círculo de gasto descontrolado, emisión monetaria e inflación alta. Si bien, como dice Bill Clinton, las campañas se hacen con la poesía y...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR