Federico Luppi: 'Darín me sigue pareciendo un boludo'

Obviamente no estoy en la cresta de la ola como hace 15 años, comienzo a ser lentamente un dinosaurio, un superviviente

En febrero cumplirá ochenta años. A Federico Luppi la vejez lo encuentra sin trabajo, desganado y con pocos recursos económicos. Salvo una película que filmó en Entre Ríos, no tiene proyectos en televisión o en teatro. Viaja en colectivo y dejó su departamento de Recoleta para mudarse a un PH en Villa Crespo porque no le alcanzaba para pagar las expensas. Su mujer, la actriz española Susana Hornos, lo acompaña incondicionalmente. Incluso se resignó a no tener hijos por pedido de su esposo.

Luppi acepta hacer esta entrevista con Personajes.tv y, bien predispuesto, se entrega a una larga charla.

-¿En qué anda?

-Bueno, mirá: este año no fue un año bueno para mí.

-¿Qué pasó?

-Estuve en En Terapia el año pasado, hice una cosa muy linda, me llamó gente de Aptra para decirme: "Tenés asegurado este año…" Y no me dieron ni bola. No quiero caer en el facilismo de culpabilizar a nadie, pero yo creo que está pasando algo que tiene que ver con el momento político. Están las cosas muy enfrentadas en términos ideológicos y hay un hecho que es real: el 90% de las buenas producciones de televisión, están en manos de gente que está alineada con el Grupo Clarín. Entonces, es natural que trabajen con gente que no plantea conflictos de ningún tipo. Dicho esto, debo decir que el anteaño pasado trabajé en Pol-ka y me trataron muy, pero muy bien.

-Es muy difícil armar un elenco con actores que no apoyen al Gobierno, casi todos los hacen.

-En mi gremio hay mucho panquequismo. Hay mucho temor porque es un gremio de desocupados parciales permanentes.

-¿Y todas esas producciones que se hacen con el apoyo del INCAA? ¿No lo convocaron?

-Hice uno, sí. Me convocó la Universidad del Litoral, de Santa Fe. También estaba Miguel Angel Solá y Leonora Balcarce. Y lo están pasando ahora, regionalmente.

-¿Y el cine?

-He tenido un montón de proyectos en España y fueron pinchándose por la crisis de allá, que es horripilante. Y aquí, bueno, no fue un año para una gran sonrisa. Está muy caro Buenos Aires.

-Muy caro, ¿no?

-Sí. Tomarse un taxi es una extracción a punta de pistola. Por eso yo viajo en colectivo.

-¿Están instalados en Buenos Aires con tu mujer?

-Yo vine de España para hacer la película Cuestión de principios, con Rodrigo Grande, allá en Rosario. Y me salió una cosa de televisión en ese momento. Y me quedé. Me dio pena porque yo estaba muy enganchado con España: la pasé muy bien. Allá me recuperé del corralito, empecé a comer todos los días, tuve otra vez un lugar para mi oficio, me fue bien. Compañera leal. Luppi, con su inseparable mujer, la actriz española Susana Hornos.

-¿Ahí conociste a tu mujer?

-Ya la conocía. Pero cuando nos fuimos a España, en 2001, nos casamos. Y ahí pasamos todo juntos. Me gusta mucho Madrid... Aprendí a comer en Madrid. Yo soy hijo de carnicero y había comido carne toda mi vida. Y allá descubrí la verdura, el pescado, los platos regionales. Tenía unos cines cerca de mi casa que eran estupendos, cómodos...

-¿Tiene ganas de volver?

-Me gustaría porque hay un montón de cosas que dejé allá, gente amiga valiosa. Pero ahora soy un peón golondrina: voy donde está el trabajo.

-¿Qué proyectos tiene?

-Ninguno. Filmé hace poco una película, Gonzalo . Con Daniel Aráoz, mi mujer y Sofía Gala.

-¿Le gusta Sofía Gala?

-Me pareció muy atractiva, la conocí por esta película. Es modosita. Me dio la impresión de que no tiene los flecos medios locos de Moria. Tiene una linda cara, un rostro muy atractivo. Pues sin ser bella en el sentido clásico, es media femenina, es "hembrita".

-¿Lo preocupa no tener trabajo?

-No es que me preocupa. Obviamente no...

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