Federico Grabich: 'El año que viene puedo nadar abajo de los 48 segundos'

Después de un gran logro, las primeras horas son de excitación y de felicidad, de apuro y protocolo. Saludos, felicitaciones, ceremonia de premiación, control antidoping, etcétera. Luego, el regreso al alojamiento oficial y allí sí, el primer acto elegido por Federico Grabich fuera de la actividad programada. Es un llamado vía Skype, Kazan-Casilda, para hablar con su mamá, Liliana, y su papá, Sergio.

Con ellos todo es natural, no hay consideraciones extras. Allí habla sólo Fede, y no el primer argentino que se sube a un podio en una competencia de piscina en un Mundial; el hombre que a los 25 años acaba de establecer un hito en la historia de la natación al ganar la medalla de bronce en los 100m libre, una de las pruebas más importantes del Mundial en Rusia.

"Lo primero que necesito ahora es volver para estar con mi familia, unos mates con mis amigos, salir a tomar a algo. Lo necesito. Realmente tiene que ser una semana de descanso. Un tiempo para descomprimir la cabeza. Algo que no sea agua", dice en una charla telefónica después del contacto familiar.

Grabich ya había conseguido un logro inesperado con sus dos medallas en los Panamericanos (oro en los 100m y plata en los 50m). Ahora, superó todas las expectativas.

-¿Esperabas algo así?

-Es una alegría muy grande y me motiva mucho en el último año previo a Río. El Panamericano fue muy parecido a los Juegos Olímpicos, había mucho nivel. Quería tirar mis mejores marcas en Toronto porque sabía que en el Mundial iba a ser más difícil correr más de una vez, entrar a semis o a la final. En el Panamericano había más chances de que me clasificara a la mayoría de las finales. La marca A ya me había salido mucho antes y fue mucho más relajado en busca de una medalla. Obviamente, venir a un Mundial dos semanas después de ganar un Panamericano es algo fantástico. Me agarró justo en mi mejor momento y ahí estuvo la clave.

-Te subiste al podio en competencias próximas y con un viaje entre las dos. Es algo que complica mucho a los nadadores. ¿Qué fue diferente esta vez?

-Tuvimos un viaje de Toronto a Europa que duró un día y medio. Pero hubo tiempo para recuperarnos. Fue muy acertado irnos directo a Europa, así no teníamos que meter un viaje a la Argentina. El desgaste estuvo más en lo mental. Encarar dos torneos de esta magnitud no es una cosa fácil. A mí nunca me ha salido bien encarar muchos torneos buenos seguidos. Toda la emoción que traía del Panamericano me ayudó a tener esta confianza acá.

-¿Qué...

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