Federer, el francés del corazón

PARÍS.- ¿Sabe qué? La leyenda Roger Federer explica como nadie aquello de "es un sentimiento, no puedo parar". Roland Garros huele herido al hijo que no parió en los últimos 20 años; lo advierte en ese transitar errático desde que se cayó al promediar el 2° set, en un rapto de torpeza. ¡Justo él! Lo siente en el límite. Y sale en su rescate. Un rescate emocional, de esos que conmueven. De esos que no explica la razón. Que brotan desde el corazón. Federer está 2-1 abajo y 3-2 en el 4°. El Philippe Chatrier se pone de pie. ¿Cuántos son los suizos? ¿Doscientos, desperdigados, entre 15.000? ¿Es cierto que el que está del otro lado es francés, Gilles Simon? No importa. El "¡Ro-ger, Ro-ger!" sube su intensidad. Y explota cuando quiebra en el sexto juego y se va al descanso 5-2. Muchos no entienden qué pasa. Se preguntan si están en París o en Basilea. Es París, que le rinde tributo a la leyenda. Como Wimbledon se lo rindió hace un año a pesar de Andy Murray. La bandera es Federer. Algo que un Ernests Gulbis, aburrido con los modales del suizo, no logrará jamás ni aunque reinvente el tenis.Y así van al 5° set en una tarde-noche que se hace fría por fuera, pero incandescente por dentro. De repente, la multitud canta La Marsellesa. Arde Roland Garros porque ha cumplido su objetivo. Federer está de regreso con su mejor tenis; plástico, variado, creativo; detectando en medio del torbellino por dónde era mejor entrarle a un Simon que volcaba el juego sobre el revés rival y estaba muy fino para capitalizar la velocidad de pelota de Roger. Aflojándole la bola lo forzó a errar; por momentos también jugando casi puntos de paddle, pero dentro de una cancha gigante. Suelto. La gente se siente cumplida y al ver 0-3 a Simon, arremete con el "Gi-llú, Gi-llú". ¡Es tiempo de ser francés!Fueron 2h58m de un partido inolvidable, en el que Federer logró el triunfo 900° de su carrera, igualó la máxima marca de partidos ganados aquí, según la ITF, en poder de Guillermo Vilas (58), y avanzó a los cuartos de final de Roland Garros, el Grand Slam que sólo lo vio coronarse una vez (2009), aunque en afecto lleva tantos títulos como Rafael Nadal en la práctica (7). O más. El suizo se impuso 6-1, 4-6, 2-6, 6-2 y 6-3 y ahora volverá a poner a prueba el nacionalismo francés: se cruzará con Jo-Wilfried Tsonga (8°), otro de los que genera espectáculo, que derrotó por un triple 6-3 al serbio Viktor Troicki."Lo de la gente fue maravilloso. Le agradezco infinitamente. Fue un partido difícil. La...

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