El federalismo: una incómoda barrera para el autoritarismo

El presidente Alberto Fernández

Desde el nacimiento mismo del constitucionalismo liberal con la Constitución de los Estados Unidos de América, la principal preocupación ha sido cómo diseñar un gobierno efectivo, pero a la vez limitado. La técnica para lograr ese equilibrio fue inventada por los constituyentes estadounidenses: separación de poderes con frenos y contrapesos y federalismo.

James Madison , uno de los principales inspiradores de la Constitución estadounidense, explicó en "El Federalista" que no basta con dividir el poder y atribuírselo a distintos órganos completamente desconectados entre sí. Por el contrario, es imprescindible que los distintos poderes del gobierno "estén tan conectados y mezclados como para dar a cada uno un control constitucional sobre el otro" . Eso es lo que diferencia la separación de poderes estadounidense de la del constitucionalismo francés, que luego se extendió a Europa continental: los frenos y contrapesos o checks and balances .

Así, el Poder Ejecutivo puede vetar un proyecto de ley sancionado por el Congreso, el Congreso debe aprobar el presupuesto para que el presidente pueda gastar, el Poder Judicial ejerce el control de constitucionalidad sobre los actos de los otros poderes y los jueces son designados por el presidente con acuerdo del Senado. Esos son algunos ejemplos de los frenos y contrapesos.

No conformes con eso, los estadounidenses crearon otra forma de distribuir el poder, ya no entre distintos órganos de un mismo gobierno, sino territorialmente. Eso es precisamente el federalismo: una forma de distribución geográfica del poder. Nuestro país adoptó los principios fundamentales del constitucionalismo estadounidense y, con ello, el federalismo. El principio es exactamente el mismo que el de la separación de poderes con frenos y contrapesos: distribuir el poder entre distintos centros interdependientes entre sí, de manera que cada uno de ellos tenga incentivos para controlar a los otros.

El federalismo se erige así en una formidable barrera contra el despotismo, ya que desconcentra el poder entre unidades que, constitucionalmente, son autónomas. Es por eso que todos los gobiernos autoritarios aborrecen el federalismo. En última instancia, lo que aborrecen es la libertad. Ningún gobierno arbitrario puede tolerar que existan centros de poder que no pueda controlar.

Una de las primeras medidas que adoptó Adolf Hitler , luego de que el Parlamento aprobara ilegalmente la ley de habilitación, fue...

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