Por falta de pruebas no prosperan las causas de acoso sexual en la política

A contramano de la lucha de género que ganó la agenda pública, los casos de abuso sexual en la política, como el que involucró la semana pasada a José Alperovich, son todavía una materia pendiente en la Justicia. Ninguna de las acusaciones más resonantes contra gobernadores, diputados y senadores en los últimos años prosperó en los tribunales, según reconstruyó LA NACION.La acusación por abuso sexual que involucra al gobernador electo deTierra del Fuego, Gustavo Melella, está frenada; la denuncia contra el diputado bonaerense Manuel Mosca fue archivada en Mar del Plata en menos de un mes; el senador nacional Juan Carlos Marino fue sobreseído en agosto por un supuesto abuso en el Congreso; el diputado nacional José Orellana, acusado de haber besado a una mujer sin su consentimiento en su despacho, fue beneficiado con la falta de mérito, y el senador bonaerense Jorge Romero, denunciado por abuso sexual agravado hace un año, todavía no fue llamado a indagatoria.Al letargo que transitan las causas se suman otros perjuicios para los denunciantes: la mayoría empeoró su situación laboral después de hacer público el caso. Del otro lado, los denunciados perdieron posiciones de poder dentro de sus espacios tras tomarse licencia como legisladores, una vez que se hicieron públicas las acusaciones.Melella, gobernador electo de Tierra del Fuego, fue acusado por acoso y abuso sexual por tres obreros en esa provincia, tal como reveló una investigación de Infobae. Los denunciantes aseguran que, en busca de trabajo, el entonces intendente de Río Grande los contactó a través de WhatsApp, los citó en su departamento y los obligó a mantener relaciones sexuales a cambio de conseguir un trabajo en el Estado."Me empezó a decir que si quería entrar en la municipalidad era a cambio de que me acostara con él. Y en ese momento me empezó a tocar y tuve miedo de que me hiciera una denuncia porque es funcionario público, pero necesitaba plata en ese momento", declaró uno de los obreros ante el juez Raúl Sahade. "Me tocaba el pene por arriba de la ropa, y me dijo que si yo estaba con él, iba a entrar a la municipalidad, que me acostara con él. Tuve relaciones sexuales con él, pero porque él me apuró, yo tenía miedo", agregó.Además de sus testimonios, los denunciantes entregaron las copias de los chats con Melella, pero el expediente no prosperó. El juez Sahade fue recusado por los obreros, al entender que facilitó copias de sus testimonios al entonces intendente de Río...

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