Falso garantismo y legítima defensa

La persistente y creciente ola de violencia que se abate sobre nuestro país, no sólo en ámbitos urbanos sino también en los rurales, ha promovido algunos casos de defensa propia que llegan a nosotros por testimonios directos y a través de los medios de comunicación.

Es función esencial del Estado mantener la legalidad y preservar la seguridad de los ciudadanos. Para ello es que se reserva el monopolio de la fuerza, ejercida cuando es necesario por las fuerzas de seguridad con el fin de evitar la consumación de delitos y por la justicia en lo criminal cuando impone una determinada sanción a quienes hayan delinquido.

Al mismo tiempo, nuestra ley penal establece que no son punibles quienes obren en defensa propia, siempre que se trate de una reacción inmediata ante una agresión ilegítima, que el medio empleado sea racional y que no haya existido provocación suficiente por parte del agredido.

Las llamadas doctrinas garantistas y abolicionistas que se han enseñoreado en muchos sectores de la Justicia, lideradas por el ex ministro de la Corte Suprema Eugenio Raúl Zaffaroni, tienden en general a no exculpar ningún intento de defensa, especialmente cuando se produce el fallecimiento del agresor, calificando como "exceso en la legítima defensa" diversas reacciones de ciudadanos sometidos abruptamente a la violencia delincuencial.

Constituyen prácticas influenciadas por doctrinas que consideran el delito como un "conflicto" social, provocado por factores cuyo análisis arroja como responsable a la sociedad, mientras que el infractor inexorablemente resulta ser una víctima de las contradicciones y pugnas generadas en un entorno caracterizado por la desigualdad y la injusticia. Así enfocado, quien defiende su vida, la de su entorno o su propiedad está siempre reaccionando egoístamente en forma abusiva sobre alguien que tiene menos y que es por lo tanto considerado víctima.

Recientemente, un dictamen de la fiscal de San Martín Diana Mayko no encontró justificación para la defensa de una víctima de robo de auto que terminó con la muerte del atacante, con el argumento de que el agredido prefirió arremeter contra la vida del agresor a cobrar el seguro del auto. En otro caso, dos ladrones que exhibieron armas de fuego fueron baleados por un comerciante con licencia de legítimo usuario, dentro de su local de Lomas de Zamora, cuando temió por la vida de sus familiares allí presentes. El...

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