El extremismo y el malestar ponen a prueba el proyecto europeo

PARÍS.- Las elecciones europeas suelen reservar sorpresas. Eso es precisamente lo que esperan los partidarios de la construcción de Europa porque, a juzgar por los sondeos, lo que viene podría ser catastrófico.Los electores, que votarán del Parlamento Europeo, estarían dispuestos a acordar un cuarto de las bancas a partidos populistas, extremistas, antieuropeos o euroescépticos, advierten las encuestas.El Frente Nacional francés, el Partido para la Libertad holandés y el británico podrían obtener sus mejores resultados de la historia. Y, si bien ese terremoto no modificará el carácter democrático de la UE ni el equilibrio entre los grandes grupos del hemiciclo (derecha e izquierda moderadas), significará una severa condena a la construcción de la Unión Europea (UE).La otra posibilidad es que estas elecciones no sean ganadas por la extrema derecha, sino por la abstención, que -también según las encuestas- bien podría batir sus propios récords.Ya sea por la crisis, por las políticas de austeridad o por la incapacidad de las clases políticas de alimentar la esperanza, para millones de electores el proyecto europeo parece haberse transformado en símbolo de fracasos y sufrimientos.En esas condiciones y por primera vez en la historia, estas elecciones podrían terminar perturbando el funcionamiento de ese órgano legislativo, creado en 1962 y con elección directa desde 1979, que funciona alternativamente en Bruselas y Estrasburgo.Con más de 380 millones de electores habilitados para votar, las elecciones europeas son las más importantes del mundo después de las de la India. Y aunque esos comicios representan 28 elecciones nacionales, los diputados elegidos se integran en grupos multinacionales de la misma ideología.La impugnación de los electores a la construcción europea puede sorprender cuando se piensa que, salvo excepciones como en el caso de Francia, la economía mejora en casi todo el continente, desapareció el riesgo de un estallido del euro e incluso la confianza en el bloque regresa a algunos países.Pero la crisis parece haber exacerbado la profunda contradicción que existe entre la necesidad de una mayor integración de las economías de la zona euro y el rechazo que provoca ese proceso en los electores, que lo perciben como una pérdida de soberanía. Para muchos especialistas, sin embargo, sería un error pensar que ese fenómeno es exclusivamente europeo."Cuando se comparan los porcentajes de rechazo a las instituciones europeas y a las instituciones...

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