Extravío al que salvan las voces

La traviata

Ópera de giuseppe verdi/ dirección musical: Evelino Pidò/ dirección escénica y escenografía: Franco Zeffirelli/ director repositor: Stefano Trespidi/ papeles principales: Ermonela Jaho (Violetta Valery), Simir Pirgu (Alfredo Germont), Fabián Veloz (Giorgio Germont), Daniela Ratti (Annina)/ en el Teatro Colón

Desde que la nueva dirección del Teatro Colón decidió dar de baja, por razones que nunca terminaron de aclararse, la puesta de Sofia Coppola que se había anunciado previamente, se veía que La Traviata de esta temporada venía en falsa escuadra. No existía ninguna garantía de que la régie de Coppola resultara consistente, pero ya sabíamos lo que era la de Franco Zeffirelli: una visión ochentista, estática, con un amaneramiento detallista que hace equilibrio en el linde entre la belleza de época y el kitsch liso y llano. Puede ser que la estilización sea preferible al Eurotrash, pero ese consuelo no basta para disimular que la puesta de Zeffirelli envejeció mal (o nació vieja) y que tiene ahora nivel outlet.

Por su lado, el director Evelino Pidò es un auténtico experto en el repertorio italiano. Ninguno de sus énfasis (ni siquiera los más subrepticios) le es ajeno. Pero una cosa es el belcantismo de Donizetti y otra el de Verdi, y tampoco es evidente que semejante especialización sea ventajosa (el caso de Carlos Kleiber alcanzaría para probarlo; claro que no hubo cosa que Kleiber no hiciera bien). Ya desde el Preludio, se notaron las intenciones de Pidò al frente de la Estable: una inflexión dramática sin atenuantes, como si lo que se ve en escena no fuera sino una...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR